Los negocios han cambiado, la competencia se diversifica y cambian las reglas del juego; de igual forma, las organizaciones deben replantear sus modelos de negocio y sus plataformas tecnológicas.
Con el propósito de ayudar a las pequeñas y medianas empresas mexicanas en sus estrategias de Transformación Digital, Microsoft puso en marcha Microsoft Financing, una plataforma concebida para posibilitar el financiamiento al sector empresarial del país.
‘Se trata de soluciones a la medida para facilitar al cliente el financiamiento’, explica Salvador Cors, Director del sector de grandes empresas en Microsoft México.
‘Para adoptar la Transformación Digital se necesita adquirir tecnología y hacer un uso más inteligente del presupuesto, según el directivo.
De tal manera, cualquier empresa mexicana que requiera un esquema de financiamiento de 30 mil dólares o superior y tenga más de tres años de antigüedad, podrá aplicar para este nuevo programa.
Microsoft Financing, con el apoyo de su socio financiero comercial DLL, ofrece a las compañías mexicanas esquemas de financiaminento para la adquisición de hardware y software, con una tasa fija y plazos que van de 1 a 5 años.
¿Cómo funciona?
Microsoft se reúne con las empresas interesadas para detectar sus necesidades específicas. A partir de ahí se diseña un modelo a su medida y se entrega la propuesta financiera.
La flexibilidad es el principal beneficio en este esquema de financiamiento, pues según explica Carlos Lazarini, Gerente de Financiamiento en Microsoft México, las empresas pueden definir el esquema que mejor les funcione de acuerdo con su flujo de ingresos, de forma tal que pueden incluso solicitar pagos diferidos, escalonados, o bien, personalizados bajo un modelo de ‘traje a la medida’, ya sea en pesos o en dólares.
Uno de los requisitos es que las compañías interesadas adquieran como mínimo un 15% de soluciones de Microsoft; el resto puede ser una combinación de hardware y software de terceros, salvo Oracle, Google y Apple, detalla Lazarini.
El programa fue lanzado hace tres meses y México es el primer país en Hispanoamérica en ponerlo en funcionamiento. Hasta el momento, el 60% de los contratos los firmados corresponden a empresas pequeñas y medianas.