La adopción de las Tecnologías de la Información y su aprovechamiento está estrechamente ligada con los índices de competitividad de los países. Esta situación se refleja evidentemente en la brecha entre los países que muestran altos niveles de conectividad y, por lo tanto, la calidad de vida de sus habitantes y la posibilidad de insertarse en las grandes tendencias de la innovación tecnológica.
De hecho, la agenda del gobierno mexicano considera como un gran objetivo la incorporación de las TIC en todos los ámbitos de la vida cotidiana de sus habitantes, empresas y gobierno, mediante tres grandes estrategias: Conectividad, Contenidos y Servicios Digitales e Inclusión Digital; todo esto, con el fin de masificar el uso de las TIC e incorporar al país en una cultura digital que actualice las competencias, aproveche los beneficios de la tecnología y disminuya la brecha respecto de otros países.
Ante todo esto, el desafío que tiene México es cada vez mayor, ya que según el Índice de Conectividad Global del Foro Económico Mundial (WEF), el país ocupa el sitio 79 entre 149 economías. Esta cifra representa una disminución de 16 posiciones, lo que significa una evidente pérdida de competitividad en el ámbito mundial.
Frente a este panorama, México vive un momento crucial al discutirse en el Congreso la Reforma de Telecomunicaciones, que compromete seriamente el futuro del país. Se tiene confianza en que los legisladores asuman su responsabilidad y dimensionen el impacto que sus decisiones tendrán en el futuro de la nación.
Con información del WEF
