Ticketmaster aceptó este miércoles pagar una multa de 10 millones de dólares para cerrar en Nueva York un caso en el que se acusaba a la compañía de acceder sin autorización a los sistemas informáticos de un competidor.
El acuerdo fue anunciado por la fiscalía federal del Distrito Este de Nueva York, donde el gigante mundial de ventas de entradas para espectáculos se enfrentaba a cinco cargos penales y donde en 2019 un antiguo directivo de la empresa se declaró culpable en un caso vinculado a este.
‘Empleados de Ticketmaster accedieron repetida e ilegalmente sin autorización a los ordenadores de un competidor usando contraseñas robadas’, explicó en un comunicado el fiscal en funciones de este distrito, Seth DuCharme.
Según DuCharme, trabajadores de Ticketmaster llegaron a organizar una gran reunión interna en la que se usaron las contraseñas robadas para obtener información de su rival, ‘como si eso fuese una táctica de negocio apropiada’.
‘Ticketmaster usó información robada para lograr ventajas sobre su competencia y luego ascendió a los empleados que rompieron la ley’, añadió en la nota William F. Sweeney, director adjunto de la oficina del FBI en Nueva York.
Las autoridades estadounidenses no revelaron el nombre de la empresa afectada, pero varios medios habían informado ya previamente de que el caso enfrentaba a Ticketmaster y a Songkick, fundada en 2007 y con sede en Nueva York.
En enero de 2018, Live Nation -la matriz de Ticketmaster- ya alcanzó un multimillonario acuerdo con Songkick para resolver una demanda que había presentado en su contra.
Los hechos se remontan a los años 2014 y 2015, cuando según los fiscales Ticketmaster usó las contraseñas obtenidas a través de un exempleado de su rival para acceder a sus sistemas y tratar de ‘asfixiar’ a su competidor.