La velocidad con que crecen los pagos digitales y móviles en Suecia, resulta preocupante.
Los avisos de ‘no se acepta efectivo’ son cada vez más frecuentes en tiendas y restaurantes del país escandinavo, lo cual alarma a las autoridades.
Ahora está en marcha una amplia revisión de la legislación del Banco Central que analiza la situación, con un informe provisional que debe presentarse en el próximo verano.
‘Si este desarrollo de desaparición del dinero en efectivo ocurre demasiado rápido, puede ser difícil mantener la infraestructura para manejarlo’, dijo Mats Dillen, jefe de la revisión parlamentaria.
Suecia es ampliamente considerada como la sociedad sin dinero efectivo en el planeta. La mayoría de las sucursales bancarias del país han dejado de manejar efectivo; muchas tiendas, museos y restaurantes solo aceptan pagos en plástico o móviles. Sin embargo muchas personas, en particular los ancianos, no tienen acceso a las operaciones digitales.
‘Se puede entrar en una espiral negativa que puede amenazar la infraestructura del efectivo. Son estos problemas que estamos examinando más de cerca’, comentó Dillen.
Una encuesta anual realizada por Insights Intelligence, publicada del mes pasado, reveló que sólo el 25% de los suecos pagó en efectivo al menos una vez a la semana durante 2017, frente al 63% de hace apenas cuatro años. Un 36% nunca usa efectivo, o simplemente paga con él una o dos veces al año.
Por su parte, El Banco Central está considerando si existe la necesidad de una forma oficial de moneda digital, una e-krona.
No se espera una propuesta final hasta el fines del próximo año, pero la idea es que el e-krona funcione como un complemento al efectivo, no para reemplazarlo totalmente.
El gobernador del Riksbank, Stefan Ingves, dijo que Suecia debería considerar la posibilidad obligar a los bancos a proporcionar efectivo los clientes. En su informe, el banco dijo que la pregunta es qué rol debería jugar en un futuro con aún menos pagos en efectivo.
‘El Riksbank está analizando cuidadosamente este desarrollo. En general creo que enfrentamos cambios estructurales en áreas que previamente se han mantenido estables. Este es un desarrollo que afectará a todos los departamentos del Riksbank y necesitaremos tomar decisiones estratégicas con respecto al camino a seguir’, comentó Stefan Ingves.