Después de nueve horas de inactividad, fue restablecido el servicio de internet en Corea del Norte, un misterioso suceso que ha desatado especulaciones en pleno conflicto con Estados Unidos por el ciberataque que llevó a la cancelación de una película que caricaturiza al líder norcoreano Kim Jong-un.
Las principales páginas web norcoreanas, entre ellas la de la agencia estatal de noticias KCNA y la del diario Rodong del Partido de los Trabajadores, permanecieron caídas de forma discontinua desde la 01:00 hora local hasta las 10:45 de hoy.
Aunque no es la primera vez que esto ocurre, el fenómeno despertó una fuerte atención y todas las miradas se dirigieron a Estados Unidos, ya que el pasado viernes el presidente Barack Obama prometió una ‘respuesta proporcionada’ al reciente ciberataque a Sony Pictures del que culpa a Corea del Norte.
En Corea del Norte internet solo está al alcance de las élites y y aún así la mayoría de páginas extranjeras están censuradas, por lo que en el país se utiliza más comúnmente la intranet local, completamente controlada por el Gobierno.
De este modo, las redes de internet norcoreanas se encuentran todavía en una fase de bajo desarrollo y dependen de un solo proveedor de China.
Es por ello que muchos expertos han señalado la posibilidad de que, debido a la fragilidad de las conexiones en el país, la caída responda a un contratiempo técnico u otro tipo de problema no vinculado a una acción desde el extranjero.
La propia Sony canceló su estreno planeado para el día de navidad después de que Guardians of Peace, los mismos hackers que se atribuyeron el ciberataque, amenazaran con actos terroristas a las salas que proyectaran el polémico filme en el que el joven Kim muere asesinado.
El Gobierno de Estados Unidos asegura tener pruebas de la implicación de Corea del Norte en el ciberataque, se ha tomado muy en serio la supuesta agresión cibernética del país comunista, al que ha amenazado con volver a incluir en la lista de patrocinadores del terrorismo.
Por su parte, Pyongyang ha negado tajantemente su implicación e incluso lanzó una amenaza de guerra en sus medios estatales al Ejecutivo de Obama, al que acusa de llevar a cabo una campaña de difamación para hundir su régimen.