Las ventas de televisores en China han alcanzado su punto más bajo de la última década, según datos de la consultora local Beijing Runto Technology.
Durante el año pasado, se vendieron 36.6 millones de televisores en el mercado chino, marcando una disminución del 8.4% en comparación con 2022.
Incluso los populares ‘festivales de ventas’ en el país asiático no lograron estimular este mercado, con una caída del 10% en las ventas minoristas durante el festival del 18 de junio y del 20% durante el ‘Día del Soltero’ el 11 de noviembre, equivalente al ‘Black Friday’ estadounidense.
Runto sugiere que las televisiones ya no son consideradas un elemento indispensable en los hogares chinos, debido a la disminución de su importancia en los salones y a la mayor fragmentación del tiempo de los usuarios, así como a la disponibilidad de alternativas de entretenimiento.
Además, la consultora señala que los precios de las televisiones aumentaron en el tercer trimestre del año pasado debido al alza de los costos de las pantallas, lo que tuvo un impacto negativo en la demanda.
Dentro de la disminución general, las televisiones de mayor tamaño aumentaron su cuota de mercado, indicando un cambio de tendencia hacia productos de mayor calidad y con funciones ‘inteligentes’.
En cuanto a las marcas, Hisense encabezó las ventas en China en 2023, con más de 8 millones de televisores y una cuota de mercado del 23%.
Le siguieron Xiaomi, con alrededor de 7.7 millones, y TCL, con 6.8 millones.
Los principales fabricantes extranjeros presentes en el mercado chino, como Sony, Samsung, Sharp y Philips, vendieron en conjunto menos de 1.5 millones de unidades, casi un 20% menos que el año anterior.