Semiconductor Manufacturing International Corporation (SMIC) tiene como objetivo invertir 8,870 millones de dólares en la construcción de una nueva planta en las afueras de Shanghai, una importante expansión de capacidad en un momento en que China intenta construir una industria de chips de clase mundial.
La compañía firmó un acuerdo para establecer una planta de obleas con capacidad de producir 100,000 piezas por mes en el área especial de Lin-Gang, una zona libre de comercio administrada por la ciudad.
La instalación se centrará en tecnología más madura de 28 nanometros o más, dijo la compañía en un comunicado.
El mayor fabricante de chips en China planea establecer una empresa conjunta con un capital registrado de 5.5 mil millones con el gobierno de Shanghai para supervisar el proyecto, del cual la compañía poseerá al menos 51%. Las acciones de la SMIC subieron hasta 2.7% en Hong Kong y un 4.8% en Shanghai.
La planta prevista se suma a la planificación de una fábrica de 2.30 millones de SMIC para Zenzhen en el sur de China, que podrá fabricar hasta 40,000 obleas de 12 pulgadas por mes.
Juntos, los proyectos representan un esfuerzo por apuntalar su liderazgo en la fabricación nacional de chips y, al mismo tiempo, promover las ambiciones más amplias de chips del país.
Los chips de nodos maduros de la instalación de Shanghai podrían estar dirigidos a la industria automotriz, que está luchando con una escasez endémica de los semiconductores que necesitan para alimentar vehículos eléctricos y sistemas de automóviles.
Beijing se está moviendo rápidamente para cortar la dependencia de Occidente para componentes cruciales como chips, un problema que se volvió más urgente después de que la escasez global de semiconductores empeoró durante la pandemia.
La compañía se está expandiendo porque sus plantas existentes están funcionando a plena capacidad o cerca de ella y sus ejecutivos cuentan con poder adquirir equipos para fabricar chips basados en tecnologías más maduras, a pesar de la sanciones de Estados Unidos.
