Uber registró en hackeo en todo el mundo en 2016, un ataque en el que los ciberdelincuentes obtuvieron datos de 50 millones de usuarios y de 7 millones de choferes.
La compañía pagó 100,000 dólares a los piratas informáticos para eliminar los datos y mantener el ataque en silencio.
Uber considera que la información nunca se utilizó y se negó a informar sobre la identidad de los atacantes.
Los datos obtenidos incluyeron nombres, direcciones de correo electrónico y números de teléfono, comentó la compañía a Bloomberg.
Uber declaró que tenían la obligación legal de informar del hecho a los reguladores y a los conductores cuyas licencias se tomaron.
Dara Khosrowshahi, CEO que tomó el cargo en septiembre, declaró en un comunicado: ‘Nada de esto debería haber sucedido, y no voy a poner excusas. Estamos cambiando la forma en que hacemos negocios’.
Khosrowshahi dijo que dos de los empleados que lideraron la respuesta al hackeo ya no están en la compañía, y aseguró que ya se ha notificado el incidente a las autoridades reguladoras.
Con información de Bloomberg