Algunos empleados que trabajan de forma remota ocultan su ubicación, arriesgando sus trabajos para poder viajar cuando los jefes los buscan, de acuerdo con una investigación de Bloomberg.
Incluso, utilizan fondos virtuales en Zoom, cuidan el horario y el clima para dar pistas sobre sobre su supuesta ubicación.
Para mantener la fachada, un hombre voló a Houston en mayo para recoger una computadora portátil que su nueva compañía envió a la dirección que le dio; en realidad, la casa es de un amigo.
El empleado, en realidad estaba viajando por el mundo, yendo a Líbano, Dubái, Vietnam, Canadá y Australia y lo siguió haciendo, incluso cuando comenzó un nuevo trabajo el año pasado con un empleador que cree que vive y trabaja en Houston.
Este es el caso de uno de los muchos trabajadores sigilosos que mienten a sus jefes sobre su ubicación. Los impulsa el alto costo de vida en las grandes ciudades de Estados Unidos, la flexibilidad del trabajo remoto y el deseo de lograr un mejor equilibrio entre el trabajo y la vida personal.
Saben que corren el riesgo de perder sus trabajos, pero dicen que vale la pena.
La gente quiere la libertad de trabajar desde cualquier lugar, y no se detienen solo porque sus jefes intentan que vuelvan a la oficina, según David Abraham, cofundador de la empresa de Coworking Outpost, con sede en Bali.
La pandemia cambió radicalmente la cultura laboral y dio a muchos empleados la oportunidad de trabajar desde casa por primera vez. Para algunos, no estar atados a una oficina significaba que podían mudarse a otra ciudad o incluso a un nuevo país.
De repente, es posible trabajar desde Portugal para una empresa con sede en Nueva York; y al menos 30 países han comenzado a ofrecer facilidades a los nómadas digitales desde 2020.
A medida que la vida vuelve a la normalidad, muchos empleadores le dicen a los trabajadores que regresen a la oficina, pero hay un creciente rechazo por parte de aquellos que no quieren renunciar a su estilo de vida de trabajo remoto.
Alrededor del 66% de los empleados no le informan a su empleador cada vez que trabajan fuera de su estado o país de origen.
‘Desde la pandemia, las personas sienten que tienen más derechos sobre sus propias vidas’, afirma Abraham. ‘No quieren que sus jefes les digan dónde trabajar, siempre y cuando se haga el trabajo, y dicen: cuál es la diferencia’.
Esa actitud de laissez-faire choca con la opinión de la mayoría de los empleadores sobre los nómadas digitales. Si bien algunas empresas aún ofrecen flexibilidad como Salesforce y Spotify, anunciado políticas de trabajo desde cualquier lugar, muchas otras les han dicho los trabajadores que deben regresar a la oficina, al menos unos días a la semana.