Robert Fisk desarrolló en Nueva Zelanda el USG, un dispositivo que protege de una manera real de una amenaza que la mayoría de los usuarios desconoce: los ataques a través del puerto USB.
Fisk comenta que ‘es casi imposible para el usuario doméstico mantener la seguridad en sus computadoras aplicando medidas y software convencionales’.
Un USB manipulado puede emular a un teclado para introducir comandos en la computadora, con el objeto de extraer documentos o introducir malware, o incluso, propagar un virus que afecte al sistema, aún antes de que se inicie el funcionamiento del mismo.
El USG es un pendrive, es decir, un dispositivo de almacenamiento de datos que se conecta a la PC, que sirve de filtro para lo que vayamos a conectar al puerto, impidiendo el acceso a la computadora de versiones modificadas del software o malware que puedan penetrar a través de pendrives.
El pendrive USG, cuyo costo es de 60 dólares, puede garantizar la seguridad el dispositivo empleando código abierto para la gestión del mismo. USG opera indistintamente en Windows, Mac o PC y Linux, así como en cualquier plataforma susceptible de ser atacada por los llamados bad USB.
Con información de El País