Apple tiene dentro de su estrategia medioambiental tres líneas de actuación prioritarias: emplear energías renovables y usarlas en forma eficiente para reducir el impacto sobre el cambio climático, conservar los recursos y emplear materiales seguros en los productos y procesos.
Conforme a la primera línea, Apple hace pública su intención de que en el futuro todos los productos de la compañía sean fabricados completamente con recursos renovables o materiales reciclados, y ha compartido los avances realizados hasta el momento, mismos que se presentan en el informe de progresos de 2017.
Congruente con esta estrategia, el 96% de electricidad usada en las instalaciones globales de Apple en 2016 provino de fuentes de energía renovables, con la consecuente reducción de emisiones de CO2 en casi 585,000 toneladas métricas.
Apple opera de forma cien por ciento renovable en 24 países y en sus centros de datos. Lo mismo hará en su nuevo campus Apple Park, que no sólo funcionará con energía 100% renovable, sino que gran parte de su superficie, es decir el 80%, será un espacio abierto con más de 900 árboles resistentes a las sequías.
Este compromiso se ha trasladado a siete de sus principales proveedores, que han asumido el compromiso de llevar a cabo toda su fabricación con fuentes de energía renovable para finales de 2018.
Por otra parte el 99% del papel que Apple usa en los embalajes de sus productos es reciclado y procede de una explotación sostenible.
La compañía ha implementado una cadena de suministro de ciclo cerrado, con la que reduce y elimina en un futuro su dependencia de la extracción de materiales. En este sentido, Apple cuenta con una línea de robots de desmontaje, llamada Liam, que recupera materiales y productos de la compañía para emplearlos en la fabricación de nuevos dispositivos y equipos.
Por cada 100,000 dispositivos iPhone 6 se tiene la capacidad de recuperar aluminio (1,900 kilos), cobre (800 kilos), oro (0.3 kilos) metales de el grupo de platino (0.4 kilos), plata (7 kilos), estaño (55 kilos), cobalto (550 kilos), tungsteno (5 kilos) y tantalio (2.5 kilos).
En el informe, Apple asienta que prueba todos sus productos en el Reability Testing Lab, donde se simula un uso real.
Greenpeace da el visto bueno y aplaude todos los pasos dados por Apple para avanzar en su estrategia medioambiental y combatir el cambio climático.
Con información de El Economista.es