La cuarentena obligatoria para combatir la pandemia del coronavirus ha arrasado con muchos sectores económicos en todo el mundo, pero hay algunos, como el de los servicios de sexo por webcam, que han visto como su demanda se ha duplicado en pocas semanas.
Según un estudio de mercado de SkyPrivate, una plataforma online que conecta a estudios y modelos de webcam para adultos con los clientes, en Rumanía hay entre 100,000 y 300,000 modelos que ofrecen sus servicios por videochat.
Esta estimación hace del país balcánico una de las tres potencias mundiales del sector junto con Estados Unidos y Colombia, agrega en un reciente informe.
‘El tráfico de usuarios ha crecido un 100%, aunque los ingresos no reflejan necesariamente este incremento’, señala Ionut Militaru, jefe de la agencia de videochat Unique Studio en Bucarest.
‘Muchos abonados están encerrados en sus casas con sus familias y no pueden conectarse tantas horas como cuando entraban a la cámaras web desde el trabajo o en la habitación de un hotel durante sus viajes profesionales’, explica.
Su mujer, Cristina, describe una explosión del consumo en usuarios que no tienen este tipo de trabas.
Cifra en un 50% el aumento de los ingresos, y explica que un suscriptor que normalmente pasaba 3 o 4 horas ahora está conectado hasta 10 horas, incluso 14 horas, cuenta Cristina Militaru, de 33 años y que sigue ejerciendo de modelo en su estudio.
‘Un hombre que venga a satisfacer sus necesidades naturales puede durar cinco, diez minutos. En ese tiempo no ganamos más que unos diez dólares, y piensa que una modelo de alto caché puede llevarse varios miles de dólares al día’, explica.
El dinero, continúa, se consigue en las horas de conversación que vienen después del show. Dependiendo de la antigüedad y el caché, el minuto de webcam para adultos se paga a entre 2 y 10 dólares.
‘Una modelo con un nivel de cultura general alto con buen inglés y sin inhibiciones puede llegar a los 5,000 e incluso a los 10,000 euros al mes‘, asegura Cristina Militaru.