Foxconn planea ensamblar componentes clave para los servidores de Google desde su planta en Wisconsin, con lo cual finalmente se da vida a una fábrica que Donald Trump aclamó como crucial para traer de regreso la fabricación a Estados Unidos.
La compañía taiwanesa decidió ubicar la producción para este nuevo contrato en el complejo existente, en lugar de fabricar los componentes en casa o en China, dijeron personas que pidieron su anonimato, ya que se trata de un movimiento delicado.
La fábrica infrautilizada debería comenzar la producción en masa en el primer trimestre, sincronizada con el lanzamiento de los chips de servidor Ice Lake de Intel, dijeron. Foxconn está instalando líneas de montaje de tecnología en superficie, que utilizará para colocar semiconductores en placas de circuito, agregaron.
Foxconn es una de varias empresas taiwanesas que exploran formas de expandirse en Estados Unidos y disminuir la dependencia en las bases de producción chinas. La compañía también busca diversificar un negocio que cuenta con Apple para la mitad de sus ingresos, incluso cortejando a más clientes estadounidenses.
El jueves, Taiwán Semiconductor Manufacturing ganó incentivos a nivel de ciudad para una planta de chips de 12 mil millones de dólares en Phoenix, otro paso hacia el regreso de la fabricación de alta tecnología a Estados Unidos, y abordar las preocupaciones de seguridad sobre la cadena de suministro de la industria.
Taiwán considera a Washington como un aliado diplomático, económico y militar esencial en medio de las crecientes tensiones con Beijing. Foxconn, que opera la mayoría de sus fábricas en el centro sur de China, ganó en el curso de Google porque era el único fabricante contratado capaz de establecer una línea de montaje en superficie dentro de suelo estadounidense, dijo una de las personas.
Foxconn Industrial Internet, que cotiza en Shanghai, su unidad de negocios en la nube, supervisará el negocio de servidores en Wisconsin, dijo otra persona familiarizada con las operaciones de Foxconn.
La planta en Wisconsin fue inaugurada con mucha fanfarria en el 2018 por el presidente de FoxConn Terry Gou y Trump, quien la llamó ‘la octava maravilla del mundo’. Una vez concebida como la pieza central de un esfuerzo Made InAmerica que crearía 13,000 puestos de trabajo para Bradger State; en cambio sucumbió a los retrasos y cambio de dirección varias veces después de que los funcionarios locales recortaron los subsidios.
La compañía no alcanzó su objetivo de contratación para el primer año por un amplio margen, terminando 2018 con solo 168 empleados a tiempo completo completo. Y en lugar de los prometidos paneles de visualización de gran tamaño, este año comenzó a producir mascarillas y ventiladores.
Sin embargo, su ubicación en el corazón de Estados Unidos es ahora una bendición para Google de Alphabet, que está tratando de ganar contratos lucrativos para su negocio de nube dependiente del servidor. La empresa estadounidense la considera un área importante para el crecimiento de la empresa, pero en la que dominan Amazon y Microsoft.
Una base estadounidense podría ayudar a juzgar los contratos del gobierno de Estados Unidos, particularmente ahora que Washington intensifica el escrutinio sobre una cadena de suministro de productos electrónicos global principalmente centrada en China.
