De hecho, el tamaño de la nueva pantalla puede equipararse con una computadora portátil normal, lo que permite interactuar con dos apps de manera simultánea si se utiliza la división de la pantalla del modo multi tareas, permitiendo además visualizarlas al mismo tiempo.
Tiene una capacidad de 5.6 millones de pixeles, y una velocidad de refresco variable: cuando detecta que las imágenes que se están mostrando son estáticas, reduce sus 60 Hz habituales a 30 Hz, lo que eficienta el consumo de energía.
Combina con tecnologías como la alineación de fotos y TFT Oxido; además proporciona un contraste más alto y un brillo más uniforme, con lo cual se logra que las fotografías, videos y textos se vean de forma clara y realista.
Algo importante que le hace falta a este dispositivo, es la tecnología 3D Touch que Apple integró en su último modelo de iPhone y que reconoce la presión sobre su superficie.
Esta pantalla gigante también ha evolucionado el sistema Multi-Touch, el cual es fundamental en las funcionalidades y la intuitividad de un dispositivo como éste.
El iPad Pro dispone de un sistema multi táctil que permite utilizar accesorios: busca la precisión que no ofrece el toque de los dedos. Para esto el dispositivo detecta cuando uno de estos complementos están cerca y toma 240 muestras por segundo dentro de la zona de contacto y detecta donde se hace presión y hacia dónde se dirige. Esto es significativo teniendo en cuenta que en una situación normal tanto el iPad como el iPad Air registran sólo la mitad: 120 muestras por segundo.
Para garantizar una mejora en la productividad es indispensable el desarrollo de los componentes internos del dispositivo. En este caso Apple apuesta para iPad Pro por un chip A9X de 64 bits. La firma presume que es más potente que el 80% de las computadoras vendidas en el último año y ofrece el doble de rendimiento tanto de la CPU como de la GPU que el procesador anterior.
Como en el caso del iPhone 6S, se completa con un coprocesador de movimiento (M9) integrado directamente en el chip para ahorrar energía. Su. objetivo es recoger datos de los sensores (acelerómetro, brújula, giroscopio y barómetro) y liberar de esta tarea al procesador principal.
Es interesante, además, considerar que el aumento de la potencia y del tamaño de la pantalla no tienen un impacto en la autonomía del dispositivo, ya que puede alcanzar la misma cifra que el iPad Air 2:10 horas diarias de trabajo.
Con respecto al sonido, el iPad Pro integra cuatro altavoces en su interior, con el objetivo de potenciar sus prestaciones multimedia. Son inteligentes y utilizan el giroscopio para detectar como está colocada la tableta y utilizar los altavoces que quedan en la zona superior para frecuencias altas y medias, mientras que los de la inferior se reservan para las bajas. Esto supone una mejora importante en el sonido del dispositivo.
A todo esto habrá que agregar al compañero perfecto del iPad Pro : el Apple Pencil, que sirve para tomar notas, dibujar y crear modelos 3D con gran precisión. Se conecta por Bluetooth y no es necesario realizar un emparejamiento manual ya que dispone de un Puerto Lightning en el extremo que sirve para recargar sus baterías y para activar el vínculo la primera vez que se conecta al iPad.
Al compararse con una computadora tradicional, el iPad Pro tiene restricciones del sistema operativo iOS, que impiden instalar programas como Final Cut Pro. Además, aunque ya existe la opción multitarea, sólo se pueden utilizar dos apps de forma simultánea, y siempre que sean diferentes. Por ejemplo, no es posible abrir dos ventanas independientes de Safari. Por último, la interacción no es tan fluida como un computador, si tenemos en cuenta que no existe un trackpad o ratón para desplazarse por la pantalla y todo se hace en su interfaz táctil. En ocasiones no molesta, pero en otras, como trabajar en un Excel, puede resultar tedioso el rellenando casilla por casilla.
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