Elon Musk revivió ayer la oferta para comprar Twitter al precio original de 54.20 dólares por acción, dando marcha atrás en su esfuerzo por abandonar el trato y evitando potencialmente una pelea judicial contenciosa.
El equipo legal de Musk consideraba que el caso no iba bien y que podría complicarse.
La jueza Kathaleen St.J. McCormick se puso repetidamente del lado de Twitter en los fallos previos al juicio, y existía la preocupación de que del lado de Musk no se pudiera probar un efecto material adverso, el estándar legal requerido para salir del contrato.
El equipo del multimillonario necesitaba demostrar que Twitter violó los términos del acuerdo. La compañía alegó que Musk utilizó el problema de los bots como pretexto para retractarse de un contrato, que ya no consideraba económicamente sólido.
Muchos empleados de Twitter se han opuesto a la idea de trabajar con Musk, de quien se han burlado y criticado abiertamente en los canales internos de Slack, desde que se firmó el acuerdo.
En un memorandum interno enviado el martes al personal de Twitter, el abogado general, Sean Edgett, agradeció a los trabajadores por su paciencia, mientras las empresas resolvían los problemas legales. ‘Continuaré manteniéndonos informados sobre actualizaciones importantes’, escribió.
La negociación de acciones de Twitter se detuvo después de que se supo la noticia y no se reanudó hasta que la empresa confirmó la recepción de la carta de Musk.
El fundador de Tesla tenía programado responder preguntas sobre el acuerdo en Austin, Texas, el 6 y 7 de octubre, según un expediente judicial del martes. El presidente ejecutivo de Twitter, Parag Agrawai, tenía prevista su declaración el lunes.