Intel vio disminuir las ganancias en sus acciones, después de anunciar que una nueva versión de su línea de chips de servidor Xeon entrará en producción en 2022, en lugar de a fines de este año, como se prometió.
El director ejecutivo Pat Gelsinger se comprometió a devolver a Intel a una posición dominante en los procesadores de computadoras y reafirmar el liderazgo que alguna vez tuvo la compañía en la fabricación de semiconductores, después de que retrasos de varios años en la introducción de nuevas tecnologías, la obligaron a ceder el liderazgo de sus rivales.
Gelsinger, quien prometió que el nuevo chip llegaría este año en abril, reemplazó la semana pasada al jefe de la unidad de chips de servidor de Intel en una reestructuración ejecutiva.
‘Dada la amplitud de las mejoras en Sapphire Rapids, estamos incorporando tiempo de validación adicional antes de lanzamiento de producción, lo que agilizará el proceso de implementación para nuestros clientes y socios’, dijo la presidenta de Intel, Lisa Spelman. ‘Basándonos en esto, ahora esperamos que Sapphire Rapids esté en producción en el primer trimestre de 2022’.
Dados los retrasos en el proceso de fabricación de 10 nanómetros y los retrasos en la puesta en línea de su reemplazo, el último anuncio causará preocupación por nuevas caídas en el posicionamiento competitivo de Intel, según Stacy Rasgón, analista de Stanford C. Bernstein.
Sin embargo, una explicación menos caritativa es que el posicionamiento competitivo de la empresa está empeorando y que la dirección percibe que la desventaja asociada con el retraso de Sapphire Rapids es menor que lo que se experimentaría lanzando antes un producto menos competitivo, escribió en una nota a los clientes. Los cambios ejecutivos recientes en el negocio de los centros de datos también pueden influir en esto.
