Con un creciente mercado negro de datos personales y 19 millones de registros telefónicos privados en potencial peligro ante intrusos, autoridades, expertos y legisladores no terminan de ponerse de acuerdo para regular el acceso a las bases informáticas.
Desde la pasada LIX Legislatura, las cámaras de Diputados y Senadores mantienen congeladas tres iniciativas de Ley Federal de Protección de Datos Personales -dos del PRI y una de Convergencia- que buscan blindar los derechos de las personas a la seguridad en la vida privada y a la intimidad.
En tanto consensan en el Congreso, las quejas de ciudadanos por incursiones externas, vía telefónica, correo electrónico o correo postal, siguen en aumento. Y los temores crecen cuando están en auge los secuestros express y virtuales.
El colmo de estas invasiones a la intimidad lo ha documentado la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco): Ha recibido centenares de denuncias contra extrañas empresas que, sin el menor recato, llaman incluso en altas horas de la noche para presionar a la gente a comprar sus productos o servicios y solicitar información de cuentas bancarias o tarjetas de crédito.
Por ello, el organismo propuso desde el año pasado la creación del Registro Público de Consumidores en Materia Publicitaria (RPC), pero el Poder Legislativo no autorizó presupuesto alguno para estructurarlo entonces, ni tampoco en el 2007.
Defensa del negocio incómodo
En defensa de su gremio y del redituable negocio, Gerardo Guerrero, director general de la Asociación Mexicana de Mercadotecnia Directa, que agrupa a 110 socios que representan aproximadamente 85% de la inversión de marketing directo en México, está metido de lleno en el Congreso para empujar la legislación en la materia.
Sin embargo, rechaza el control gubernamental sobre las bases de datos, porque a su juicio es decisión personal de la gente autorizar o no su uso, y se pronuncia por la autorregulación de la industria. «Si quieren evitar los secuestros, que impongan pena de muerte», reta.
La Profeco ha comprobado también incesante generación e intercambio de referencias personales entre empresas, de modo que este sector ha crecido casi 40% a tasa anual desde el 2004.
En Estados Unidos este tipo de actividad molesta para los ciudadanos provocó que alrededor de 36% de los números telefónicos fueran inscritos en el registro «Do Not Call» para no recibir ofertas telefónicas y 26% de los de Inglaterra también están vedados.
Fuente: El Economista