OpenTec, corporativo que hace más eficiente la productividad de las empresas a través de tecnologías de información, confirmó, durante su participación en el Congreso Internacional de Responsabilidad Social Corporativa llevado a cabo, en recientes fechas, en el World Trade Center de la Ciudad de México, que el e-Learning es una herramienta que contribuye en gran medida a optimizar las estrategias de Responsabilidad Social Empresarial.
“Las empresas dedicadas a la tecnología de información saben que aunque existan sistemas y equipos vanguardistas, los miembros de grupos socialmente desfavorecidos tenderán a perder motivación si no reciben un apoyo adecuado que les ayude a conocerlos a su perfección y alguien quien les enseñe cómo obtener beneficios para su vida diaria”, dijo José Luis Martínez, director comercial de OpenTec.
Agregó el directivo que en el caso del e-Learning, existe un debate que se da en dos vertientes: Primero, ¿Cómo contribuye el e-Learning a la innovación de los sistemas educativos y formativos, haciéndolos más accesibles, flexibles y capaces de responder al esperado incremento masivo de su demanda según la lógica del aprendizaje a lo largo de la vida? Y segundo, ¿Cómo el e-Learning puede contribuir a los objetivos sociales y económicos que eventualmente lleven a las personas a participar dentro de una Sociedad del Conocimiento?
De acuerdo con OpenTec el tema de la inclusión social es probablemente el que más frecuentemente se afronta, pues hace falta demostrar que el e-Learning, debido a sus requerimientos de acceso a infraestructuras de Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), corra mas bien el peligro de generar nuevas formas de exclusión que oportunidades de aprendizaje.
“De hecho, los usuarios actuales del e-Learning son normalmente personas con buen nivel educativo, de profesiones autónomas o empleadas en grandes organizaciones, que normalmente saben como usar las TIC de forma efectiva para su desarrollo personal y profesional”, señaló José Luis Martínez.
La falta de oportunidades de aprendizaje es sólo uno más de los factores de exclusión social, junto con el desempleo, la pobreza, las malas condiciones sanitarias o vivir en entornos social y culturalmente marginados. Si realmente se quiere abordar el tema del acceso al aprendizaje de los grupos socialmente desfavorecidos, el acceso a las infraestructuras, definitivamente, no es suficiente.
Señala el directivo de OpenTec que aunque un centro de formación sea accesible, estos grupos pueden carecer de la información y de las habilidades necesarias para acceder realmente a las oportunidades de formación que ofrece, por lo que la inversión en infraestructuras y conectividad debe ir acompañada de adecuadas campañas de información y de programas de alfabetización digital.
A pesar de que se logre el acceso y se proporcionen las habilidades, es muy probable que el contenido, el lenguaje y el enfoque formativo propuesto por los programas de e-Learning existentes no se consideren adecuados para estos grupos objetivo, ya que tienden a estar diseñados para un usuario «medio» o iniciado, no para personas que tienen limitada familiaridad con el aprendizaje autónomo y, posiblemente, malas experiencias en su historial educativo previo. Por tanto, se hace necesario diseñar una nueva generación de enfoques y de programas de e-Learning.
Adicional a lo anterior, aún cuando existan programas de e-Learning apropiados, los miembros de grupos socialmente desfavorecidos tenderán a perder motivación si no reciben un apoyo adecuado que les aliente a expresarse por si mismos, reconociendo el valor de sus experiencias vitales y de sus puntos de vista. Se debe hacer un esfuerzo importante para crear entornos de aprendizaje respetuosos si queremos que grupos socialmente desfavorecidos aprecien las nuevas oportunidades de aprendizaje que pueden ofrecer las TIC.
Además, no obstante se logre el acceso a entornos de aprendizaje apropiados, en la mayoría de los casos los individuos socialmente desfavorecidos no lograrán mantener su motivación si no perciben un sentido de comunidad en la experiencia de aprendizaje, una comunidad en la cual ellos reconozcan sus raíces culturales y puedan apreciar su propia identidad como un elemento positivo. El papel del «apoyo de iguales» podría ser muy importante en este sentido.
“Esta es una sugerencia sobre cómo el e-Learning podría dejar de verse afectado dentro de las agendas políticas de inclusión social, tanto las de cada país como aquellas entre países. Estas recomendaciones tratan en realidad de superar aquellas visiones simplistas que defienden que el acceso a las TIC traerá automáticamente un progreso significativo, e incluso a aquellos enfoques «por fases» que proponen ‘primero la tecnología y la conectividad, el resto después’, comentó José Luis Martínez.
Se debe resistir a la tentación fácil de dirigir las primeras inversiones a la compra de tecnología, ya que las experiencias en el mundo desarrollado muestran numerosos casos de computadoras en escuelas y organismos formativos que han estado años esperando antes de que se les diera algún uso educativo.
Las tecnologías, los centros de acceso, los nuevos contenidos, los nuevos deberían estar disponibles al mismo tiempo siempre que cualquier conclusión se base en cuánto contribuye el e-Learning a la inclusión social. De no ser así, cualquier evaluación seria podrá concluir en unos años que tal contribución no es, a lo mejor, tan relevante.
“Al final del día, los beneficios de la educación a distancia realmente son tangibles y van desde la drástica reducción de costos y de los gastos tradicionales (viajes, viáticos, hoteles, etcétera) y la posibilidad de utilizar tiempos no productivos para la formación en el trabajo o en casa hasta una mayor flexibilidad de los programas de formación al ser más fácil la individualización, un mejor aprovechamiento de las aportaciones de las nuevas tecnologías, la superación de problemas de desplazamiento suscitados por la distancia o por limitaciones físicas, entre otros”, concluyó José Luis Martínez.