Expertos aseguraron que 49% de los usuarios no compran en línea por temor y desconfianza en la seguridad de las transacciones, y el 36% tiene miedo de proporcionar sus datos personales
En el marco del Foro Internacional Infosecurity, Alfredo Reyes Kraft, director jurídico de Banca Electrónica de BBVA-Bancomer y vicepresidente ejecutivo de la Asociación Mexicana de Internet, AMIPCI, aseguró en su conferencia magistral que la realidad en México es que la gente tiene miedo de hacer transacciones en línea.
Expuso el directivo que la banca en línea sufre para su aceptación entre los usuarios, debido a que el 49% de ellos no compran en línea por temor y desconfianza en la seguridad de las transacciones, y el 36% tiene miedo de proporcionar sus datos personales.
Asimismo, reveló el ejecutivo que, sólo 9% de los usuarios ha comprado en línea en los últimos 30 días, y el 58% de los internautas señala que la peor amenaza que tiene es el spyware ya que los virus han disminuido considerablemente.
Se refirió a que en México al finalizar 2006 serán 20.2 millones de usuarios de internet, por lo que el número de personas que hacen transacciones en línea es muy bajo en comparación a otros países en los que ya es costumbre.
El especialista dijo que la dificultad de proteger la información se vuelve cada día más compleja por el volumen creciente de usuarios de Internet, ya que por la facilidad de uso y la funcionalidad de los sistemas, así como la complejidad de las redes empresariales y las formas de acceso a las mismas, se ha vuelto una forma de vida.
Señaló Reyes que los métodos automatizados más comunes para el robo de identidad y otros delitos financieros hacen que muchas compañías a nivel mundial estén dedicadas al 100% en investigación y desarrollo de defensas para los usuarios.
Sin embargo, dijo, debemos crear una cultura de defensa y reconocer cuando somos vulnerables y que tanto lo somos.
Los atacantes se dividen en dos por los objetivos que persiguen: el que busca el reto o el trofeo por haber vulnerado algún sistema empresarial y a los que se les denomina Whitehat, los menos peligrosos, y los que se conocen como Blackhat, cuyo objetivo es vulnerar los sistemas con fines económicos, explicó Reyes.
El Spaming, el fraude financiero, el robo de información propietaria, el espionaje industrial, y el robo de identidad, son los métodos que utilizan los atacantes y que acarrea pérdidas millonarias, dijo el ejecutivo.
La forma de atacar de los hackers y de penetrar a los sistemas por parte de las mafias internacionales son: adivinando o descifrando las contraseñas, explotando vulnerabilidades en el diseño o configuración de sistemas o equipos, interceptando comunicaciones y utilizando ingeniería social.
Advierte el especialista que los ataques pueden ser dirigidos desde diferentes puntos; desde la red, acceso físico, sistema operativo, aplicaciones comerciales, aplicaciones propietarias, aplicaciones Web, por ingeniería social a administradores o usuarios, dijo.
La percepción de inseguridad de los usuarios en un inhibidor del uso de internet y que deberá crecer la legislación mundial para abatir los altos índices de criminalidad que se están dando, e indicó que en México se ha dado un buen paso al tomar como prueba en un juicio las acciones realizadas a través de la web.
Debido a la inseguridad, la banca en línea, el comercio electrónico y la inversión en tecnología se han visto afectadas por la falta de confianza del público consumidor y de un mercado potencial de 14,300 millones de dólares, únicamente se realiza operaciones por 2,384 millones de pesos.
Así la banca electrónica pierde ahorros por 75 millones de pesos mensuales porque los usuarios no tienen confianza en este tipo de transacciones y el comercio electrónico deja de operar, 11,900 millones de pesos porque al consumidor le da miedo usar la tarjeta de crédito, señaló el ejecutivo.
La cultura y la responsabilidad en el uso de las tecnologías de la información, así como la protección de las redes corporativas, empresariales y caseras deberá ser la inversión que se haga en los próximos años por parte de los usuarios y que se debe ver a la seguridad como una inversión y no un gasto, finalizó.
Fuente: El Economista