Por Ernesto Piedras y Ariadne Rivera, The CIU
Aún no tenemos el nuevo Instituto Federal de Telecomunicaciones y se apilan los temas que deberá atender con premura y asertividad, uno que destaca es el roaming. En telecomunicaciones móviles, el concepto de roaming se refiere a la posibilidad de continuar con el servicio fuera de la red en donde éste se contrató.
Repasemos brevemente lo que sucede en el mundo para sentar las bases del esquema al cual deberíamos aspirar. En Europa, la discusión sobre el roaming gira en torno a la eliminación de tarifas cobradas entre todos los países de la Unión Europea, circunstancia que se vislumbrará en un plazo de un año. De esta forma, toda la Unión Europea se integrará en una sola área de servicio, eliminando toda clase de tarifas de larga distancia internacional.
Mientras tanto, en México y otros países de la región no se han logrado eliminar los cargos que se generan por la comunicación a larga distancia, ni siquiera en el ámbito nacional, permitiendo a los operadores cobrar elevadas tarifas. Recientemente, la Cofetel resolvió postergar la consolidación de Áreas de Servicio Local (ASL), ampliando el plazo de 18 a 24 meses, beneficiando así al operador dominante, que controla más de 70% de las líneas del país.
El punto de coincidencia entre las claves de Larga Distancia Nacional (LDN) y el tema de roaming internacional es la homologación de las tarifas por el uso de servicios de telecomunicaciones móviles en lugares distintos al área donde se encuentra el consumidor, ya sea dentro del país o bien en el extranjero.
Como consecuencia de las elevadas tarifas que enfrentan los usuarios frente a la larga distancia, sin importar que sea nacional o internacional, surge el problema del bill shock, situación que ocurre cuando la factura del consumidor móvil muestra cargos inesperados por el uso del servicio, generalmente desorbitantes. Para evitar este tipo de sorpresas se requiere que el mercado de itinerancia móvil sea suficientemente transparente y que se cuente con información clara sobre las tarifas aplicables por el uso del servicio, situación que dista mucho de la realidad mexicana.
A decir del servicio de roaming en la modalidad de prepago, situación en la que se encuentran 85% de los usuarios en el país, el servicio se encuentra francamente limitado, ya que en la mayoría de los casos, los operadores solo ofrecen el servicio a usuarios en la modalidad de contrato o bien en países donde el operador cuenta con el servicio mediante una subsidiaria, realidad que obstaculiza el acceso efectivo a la mayoría de los usuarios móviles en México.
A pesar del avance tecnológico y la creciente adopción de dispositivos móviles, especialmente smartphones, persisten operadores en México y en la región que ni siquiera ofrecen el servicio, lo cual representa un impedimento importante para la conectividad de la gran mayoría de los usuarios móviles en la región, considerando que alrededor del 80% de los usuarios en América Latina se encuentran en la modalidad prepago.
No cabe duda que los patrones de consumo móvil han evolucionado hacia la conectividad permanente, aún a pesar de que las condiciones del mercado de larga distancia no han hecho lo mismo. Por ende, si se busca garantizar la ubicuidad de los servicios móviles para todos los usuarios se requiere agilizar el tema, por lo menos en el contexto nacional. La verdadera ubicuidad de las telecom se consigue cuando las barreras geográficas, regulatorias y tecnológicas se desvanecen de tal manera que no existan frenos a la comunicación a distancia, permitiendo un entorno abiertamente interconectado.