Los accionistas del grupo finlandés Nokia autorizaron hoy la adquisición de su rival francesa Alcatel-Lucent.
Este era el último requisito para cerrar una operación valorada en 15,600 millones de euros, que podría cerrarse en el primer trimestre de 2016.
La transacción, anunciada el pasado abril, cuenta con el visto bueno de todas las autoridades reguladoras competentes, entre ellas las de la Unión Europea y Estados Unidos, y de los consejos de administración de ambas compañías.
La nueva Nokia se convertirá en el segundo mayor fabricante mundial de redes de telecomunicación, superada ligeramente por la sueca Ericsson, con una facturación cercana a los 26,000 millones de euros y unos 114,000 empleados en todo el mundo.
Esta unión permitirá a Nokia expandir su negocio de infraestructuras de telefonía móvil y redes de banda ancha y reforzar su presencia en mercados clave, como Norteamérica, Europa y China, donde se convertirá en el líder del sector.