MiniMed 670G, el primer páncreas artificial que se crea en el mundo, es una bomba de insulina que se conecta de manera inalámbrica con un sensor subcutáneo que mide el nivel de azúcar en la sangre.
El dispositivo inyecta la dosis necesaria de insulina de manera continua y automática, sin que el paciente tenga que estar pendiente de ello.
Según informa el fabricante, el algoritmo que gobierna su funcionamiento va aprendiendo cosas acerca del usuario con el tiempo, lo que le permite hacer ajustes mucho más finos que lo habitual, es decir ‘si tiene tanto de azúcar de más, hay que inyectar tal cantidad de insulina’.
Aunque sigue siendo necesario que se calcule la cantidad de hidratos de carbono que se va a ingerir con las comidas para que la bomba lo registre y pueda compensar esa ingesta, igual que ahora se hace con las inyecciones.
Se requiere que el sensor se cambie cada semana y hay que hacer calibraciones periódicas, aunque el tubo mediante el cual la bomba inyecta la insulina puede quedarse puesto entre 2 y 3 años. Esta bomba es además sumergible.
Con información de El País