Adherido a un ‘body’ común y corriente, un pequeño monitor envía datos relacionados con la salud del niño, tales como la respiración, la posición del bebé, actividad del sueño, temperatura corporal, frecuencia cardiaca y otros más, que se transmiten a dispositivos sincronizados con Internet.
En el mundo del Internet de las Cosas, los padres que de manera natural se preocupan por el bienestar de sus hijos, se encuentran en una espiral de propuestas tecnológicas que efectivamente pueden optimizar el estilo de vida, aliviando la ansiedad y el miedo propios del cuidado de los niños.
Estas soluciones brindan a los padres un cierto estado de control y seguridad, en una etapa en la que el cuidado de los niños es prioritaria y demanda toda la atención.
En la euforia provocada por el Internet de las Cosas y la conectividad de múltiples dispositivos, aparecen, por ejemplo las pulseras que detectan los pasos, patrones de sueño, temperatura, luz de la habitación etc., y en general el rastreo de signos vitales y sus entornos.
Ante la enorme cantidad de datos que potencialmente se pueden generar, las personas en general, y en particular los padres, pueden verse abrumados de información y caer en un estado de falsa seguridad, que incluso provoque cierta desatención de los deberes propios del cuidado de los hijos.
Incluso, conviene tener en cuenta que se pueden presentar fallos en los procesos de la información por múltiples causas, entre otras, que los dispositivos no estén correctamente instalados.
Ante el caldo de cultivo que se alimenta con la natural preocupación e inquietud de los padres, se puede generar una alta dependencia y euforia hacia de los recursos tecnológicos, que no necesariamente responden a las necesidades individuales y cambiantes de los hijos y los padres.
De hecho, se estima que el 81% de los bebés ya tiene alguna forma de interacción con Internet a los seis meses de edad.
La demanda de dispositivos ‘vestibles’ para bebés puede ser enorme, y cómo no, si se puede disponer de un ‘body’ llamado Mimo, un monitor conectado y sincronizado con el teléfono y equipado con sensores de la respiración y la movilidad que se transmiten en línea.
El sistema funciona con teléfonos inteligentes que incorporan los sistemas operativos iOS y Android.
Con información de El País