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Alertan por la ‘estafa de la cara falsa’

La 'estafa de la cara falsa' reemplaza el rostro de la víctima, permitiendo así la apertura de múltiples cuentas bancarias y la solicitud de préstamos fraudulentos

Un grupo de especialistas de Kaspersky emitió una alerta sobre la expansión en América Latina de una sofisticada táctica de fraude conocida como la ‘estafa de la cara falsa’.

Mediante el uso de imágenes de maniquíes y fotografías de sus víctimas, los cibercriminales abren cuentas bancarias y solicitan préstamos, logrando evadir la verificación biométrica implementada por aplicaciones de instituciones financieras.

A pesar de que el 75% de la población latinoamericana confía en la seguridad de las soluciones biométricas, esta nueva amenaza subraya su vulnerabilidad.

La biometría facial opera a través del análisis de la geometría del rostro, evaluando elementos como la distancia entre los ojos, la forma de los pómulos y los contornos de labios, orejas y barbilla.

Estos puntos de referencia son fundamentales para distinguir un rostro de otro, y se comparan con una base de datos de rostros conocidos. Un ejemplo de esta dinámica es la recopilación de imágenes etiquetadas en redes sociales, que conforman una base de datos empleada también para el reconocimiento facial.

La ‘estafa de la cara falsa’ se lleva a cabo mediante el reemplazo del rostro de la víctima con el de un maniquí, permitiendo así la apertura de múltiples cuentas bancarias y la solicitud de préstamos fraudulentos.

Este enfoque evita la necesidad de conocer el nombre de usuario y contraseña del titular de la cuenta. Las pérdidas atribuidas a esta estafa se estiman en alrededor de 200 mil dólares.

La obtención de la foto de la víctima es sorprendentemente sencilla, requiriendo únicamente imágenes de documentos personales o fotos localizadas en Internet. Estas imágenes se imprimen a tamaño real y se adhieren a maniquíes para facilitar el proceso de verificación facial al abrir cuentas.

De esta manera, los ciberdelincuentes logran eludir la detección del reconocimiento facial, habilitándolos para robar identidades y perpetrar fraudes. Las víctimas generalmente solo toman conciencia del problema cuando deben enfrentar las repercusiones, como acciones legales relacionadas con delitos cometidos con sus datos personales.