El mercado inmobiliario en México atraviesa una transformación acelerada impulsada por la digitalización, la gentrificación y el auge del nearshoring, factores que han generado un aumento en los precios de la vivienda en varias regiones del país.
Según el nuevo índice de precios de vivienda presentado por Banorte, en febrero el valor de los inmuebles en México registró un incremento anual de 8%, reflejando el impacto de estos cambios estructurales en el sector inmobiliario.
El sector ha evolucionado con la adopción de herramientas digitales que facilitan la compra y venta de propiedades.
En este contexto, Banorte lanzó un índice de precios basado en big data y nuevas metodologías de análisis para ofrecer información más precisa y actualizada sobre el mercado.
Este indicador analiza más de 180,000 registros mensuales de viviendas en 60 ciudades de 15 estados del país.
‘Este índice complementa las fuentes oficiales y se convierte en una herramienta clave para inversionistas, urbanistas y tomadores de decisiones en políticas públicas que necesitan información detallada y oportuna’, señaló Alejandro Padilla, economista en jefe de Banorte.
El nearshoring, impulsado por la relocalización de empresas en México debido a la tensión comercial entre Estados Unidos y China, ha generado un aumento en la demanda de vivienda en ciertas regiones del país, explicó Padilla.
Estados como Baja California, Nuevo León y Chihuahua han registrado incrementos considerables en el valor de los inmuebles debido a la llegada de nuevas industrias y trabajadores.
En Tijuana, por ejemplo, el precio de la vivienda en dólares ha aumentado cerca de 11% en los últimos meses, mientras que en pesos mexicanos el incremento ha sido más moderado.
Otro factor que ha impulsado el alza en los precios es la gentrificación, especialmente en ciudades como Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey.
La llegada de residentes extranjeros y la transformación de barrios han encarecido la vivienda en ciertas zonas, desplazando a pobladores originales.
El fenómeno se refleja en la migración de personas con mayor poder adquisitivo a áreas específicas, lo que ha modificado la estructura del mercado y elevado los precios.
Banorte prevé que la digitalización, el nearshoring y la gentrificación seguirán marcando la tendencia del sector inmobiliario en México.
Se espera que la oferta y la demanda se ajusten según la dinámica económica y los cambios en la política monetaria.
