Intel registró una pérdida neta de 821 millones de dólares en el primer trimestre de 2025, lo que representa un incremento del 115% frente al mismo periodo del año anterior. La compañía también ajustó a la baja sus previsiones anuales debido a la incertidumbre macroeconómica.
Durante el trimestre, los ingresos fueron de 12,667 millones de dólares, una disminución interanual del 0.4%, aunque por encima de lo estimado por analistas. La unidad de computación, su principal fuente de ingresos, generó 7,600 millones, con una caída del 8% respecto a 2024.
El segmento de centros de datos e inteligencia artificial, donde compite con firmas como Nvidia, aportó 4,100 millones de dólares, un crecimiento del 8%. Por su parte, Intel Foundry, su división de fundición de chips, generó 4,700 millones, un 7% más que el año anterior.
Estos son los primeros resultados trimestrales bajo la dirección de Lip-Bu Tan, quien asumió el cargo de CEO en marzo tras la salida de Pat Gelsinger. Tan anunció una estrategia enfocada en mayor eficiencia operativa y fortalecimiento del desarrollo de productos.
La empresa prevé para este año 17,000 millones de dólares en gastos operativos, por debajo de los 17,500 millones previstos inicialmente, y 18,000 millones en gastos de capital, también inferiores a la meta previa de 20,000 millones.
El entorno macroeconómico actual ha llevado a Intel a adoptar una postura conservadora en sus inversiones, con el objetivo de sostener sus líneas clave de negocio en productos y servicios de fundición.
Tras el reporte, las acciones de Intel cayeron un 5.5% en operaciones posteriores al cierre del mercado.