Lograr el éxito empresarial depende, en gran medida, de una gestión eficiente de los procesos. De ello dependen la sustentabilidad y el crecimiento del negocio.
Controlar la información de todas las áreas y mantenerlas actualizadas e integradas es fundamental para una buena administración. Además, la centralización de los datos posibilita un planeamiento más certero con base en el histórico de ventas y en un volumen de producción y de stock; ser específico con la información, a través del uso de tecnología, simplifica y mejora el proceso de toma de decisiones.
Pero, a pesar de ser utilizada en prácticamente todas las grandes compañías, la Tecnología de la Información aún enfrenta un poco de resistencia por parte de las pymes. En algunos países de América Latina se ha exigido la implementación de la facturación electrónica, lo que ha provocado el aumento en la preocupación por parte de los empresarios en relación a la conformidad de los datos.
No obstante, las pymes vislumbran en la tecnología una opción capaz de ofrecer seguridad para su relación con órganos gubernamentales, debido a la orientación y a los procesos estandarizados en las herramientas.
Sin embargo, el principal propulsor de la adopción de TI en las pymes es la modalidad de la Computación en la Nube. Hasta hace poco tiempo, el proceso de informatización era similar en todas las organizaciones, independientemente del tamaño; un único sistema las atendía. Asimismo, el valor a disponer para invertir en automatización era muy diferente, generando que pequeñas y medianas empresas desistieran de la implementación. El hospedaje de programas en la nube posibilitó compartir infraestructura, reducir el costo de la operación y, consecuentemente, de la solución. Herramientas como ERP (Enterprise Resource Planning), CRM (Customer Relationship Management) y BI (Business Intelligence) comenzaron a llamar la atención de los empresarios.
Hay empresas que requieren contratar una licencia de uso y pagar una tasa de mantenimiento. Hoy los requisitos mínimos para la adopción y uso de un sistema de información pueden ser simplificados. La nube permite la comercialización de herramientas por medio de renta, economizando aún más la tecnología para el emprendedor, que paga mensualmente por el uso, pero no tiene la necesidad de preocuparse por la inversión en infraestructura ni por la operación y mantenimiento del sistema. Para rentar un sistema, es simplemente necesario contar con una computadora y conexión a internet.
Al mismo tiempo en que el nivel de exigencia de infraestructura disminuyó con el modelo de renta, se creó una dependencia del internet. Disponer de una buena conectividad a lo largo de todos los países es un factor que debe ser resuelto, ya que el acceso a la red se está volviendo tan común como la energía eléctrica.
Además de reducir la inversión necesaria, las herramientas hospedadas en la nube posibilitan al empresario acompañar el día a día del negocio de cualquier lugar y a cualquier hora por medio de dispositivos móviles. En la industria de manufactura, por ejemplo, los aplicativos permiten que el responsable de operaciones autorice pedidos de compra a través de la web o bien por dispositivos touch. En la industria de la construcción, es posible que el responsable notifique a su superior el avance real de la obra, a través de mensajes de texto, inclusive mediante el envío de fotografías.
La facilidad de acceso al sistema aliada a la seguridad de almacenar y controlar toda la información de la empresa en un único sistema, contribuye en la confianza del empresario, que tendrá ahora una visión diferente sobre la tecnología y los beneficios de la misma para su negocio. La nueva generación de emprendedores está acostumbrada a las facilidades de la conectividad, lo que debe acelerar aún más la adopción de tecnologías en la nube por las pymes.
Por Martín Cayón, Director para TOTVS Norte de América Latina