Eun equipo de investigadores japoneses de las Universidades de Kioto, de Kumamoto y de Medicina y Odontología de Tokio, han desarrollado un sistema para smartphones que envía una alerta a las personas que sufren de ataques epilépticos por lo menos 30 segundos antes de que ocurran, lo que otorga un valioso tiempo para evitar heridas por caídas y otros accidentes.
El sistema utiliza un pequeño sensor colocado cerca de la clavícula o en el corazón para medir los cambios en los latidos, y momentos antes de que se presente el ataque, envía las señales de forma inalámbrica al teléfono inteligente.
Los sensores detectan la actividad de las células nerviosas que afectan a los nervios autónomos que controlan el corazón. Para determinar si los latidos del paciente son anormales, el sistema crea previamente un perfil estándar tomando mediciones en condiciones normales. Cuando el latido del corazón se desvía de esos niveles, el sistema alerta al usuario emitiendo un sonido o vibración.
En las pruebas realizadas a pacientes en la Universidad de Medicina y Odontología de Tokio, el equipo detectó los latidos anormales entre 30 segundos y varios minutos antes del ataque en cinco de cada seis casos, tiempo suficiente para que puedan reaccionar.
Hasta ahora, el sistema sólo se ha probado en pacientes en estado de reposo, pero el equipo espera aumentar la precisión del sistema para que pueda detectar ataques inminentes cuando los pacientes estén caminando o realizando otros movimientos.
Según sus desarrolladores, el precio del sistema, excluyendo el dispositivo, es inferior a los 85 dólares, y confían en que el dispositivo empiece a comercializarse en 2020.
Los ataques epilépticos son provocados por un exceso de descargas eléctricas repentinas en un grupo de células cerebrales, que causan desde inconsciencia momentánea y contracciones musculares involuntarias, a convulsiones intensas y prolongadas.
La epilepsia es una enfermedad que afecta a todas las edades, y es una patología que padecen cerca de 50 millones de personas en todo el mundo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
EFE