La Comisión Europea (CE) inició una investigación a Broadcom por un posible caso de restricción a la libre competencia mediante prácticas que buscan excluir a compañías rivales del mercado.
En el transcurso de la investigación, la CE también pretende imponer medidas provisionales sobre los chipsets para televisión y módems de la firma tecnológica estadounidense.
‘Los decodificadores de televisión y los módems forman parte de nuestra vida cotidiana, tanto para el trabajo como para el ocio. Sospechamos que Broadcom, un suministrador clave de componentes para esos dispositivos, ha aplicado restricciones contractuales para excluir a sus competidores del mercado’, declaró la comisaria europea de Competencia, Margrethe Vestager.
Según la funcionaria, esas prácticas impedirían a los clientes de Broadcom –y al consumidor final– ‘obtener los beneficios de la posibilidad de elección y de la innovación’.
‘También pretendemos ordenar a Broadcom detener esta conducta mientras nuestra investigación está en marcha, para evitar cualquier riesgo de daños graves e irreparables a la competencia’, agregó Vestager.
Broadcom es el mayor diseñador, desarrollador y suministrador mundial de circuitos integrados para dispositivos de comunicación por cable y es líder en mercados como sistemas en chip.
Estos chipsets combinan circuitos electrónicos que constituyen el cerebro de decodificadores o módems y son esenciales para llevar las señales de televisión y la conectividad a los locales de los consumidores.
Broadcom también lidera el mercado de chips que transforman las señales analógicas en digitales, de chipsets para WiFi y de componentes que proporcionan conexiones de datos de alta velocidad.
La CE asegura haber recopilado datos según los cuales Broadcom podría estar llevando a cabo prácticas para excluir a la competencia en los mercados de esos productos.
Estas pasarían por establecer obligaciones de compra exclusiva, aplicar rebajas u otras ventajas condicionadas a la exclusividad o a exigencias mínimas de compra, ofertar paquetes de productos, prácticas abusivas en materia de IP y la degradación deliberada de la interoperabilidad entre los productos de Broadcom y otras firmas.
