Mmientras los tradicionales modelos digitales de salud son, a menudo, demasiado caros para implementarse, nuevos y más asequibles modelos de salud digitales están alterando los mercados emergentes, los cuales poseen el potencial para dar a estos sistemas de salud una mejorada accesibilidad, seguridad y calidad en los cuidados, de acuerdo con un análisis realizado por PwC.
El dilema de los servicios de salud digitales
El gasto en los servicios de salud está aumentando exponencialmente en los mercados emergentes. Al incrementarse los ingresos y crecer la clase media, las personas gastan más en cuidados de salud y demandan mejores servicios. Los consumidores ya no son pacientes pasivos, sino que ya se han involucrado, accediendo a nuevas herramientas y mejor información.
Al cambiar los estilos de vida y las personas viviendo aún más años, los mercados emergentes están presenciando un cambio: de las enfermedades transmisibles a los padecimientos crónicos como los cardiovasculares, diabetes y cáncer.
Esto ha causado una tensión en los sistemas de salud en mercados emergentes, los cuales ya afrontan el desafío de una infraestructura subdesarrollada y una grave escasez de recursos.
El cambio de las soluciones tradicionales a las nuevas respuestas digitales de salud
Las soluciones digitales tradicionales, como la Historia Clínica Electrónica (HCE) –que son populares en los mercados desarrollados– requieren de un gran desembolso anticipado para comprar, instalar y dar mantenimiento. Por esta razón, su adopción en los mercados emergentes ha sido baja.
Pero soluciones nuevas no tradicionales, como las basadas en la nube o la HCE de código abierto, pueden ayudar a los mercados emergentes a digitalizarse con sólo una fracción del costo. Para mejores resultados, serán creadas otras innovaciones de servicios de salud alrededor de la HCE, como la telemedicina, las aplicaciones Mobile Health y las prescripciones electrónicas.
‘La salud digital puede mejorar dramáticamente la productividad de una organización y, a su vez, proveer beneficios tanto en los resultados del paciente como en el balance. Si los costos pueden volverse asequibles, la salud digital puede ser una respuesta al reto de los mercados emergentes para alcanzar crecimiento sostenible y superar a las naciones desarrolladas en el suministro de cuidados de calidad, asequibles, universales y centrados al cliente’ según David McKeering, Socio de PwC South East Asia Consulting.
‘Las buenas noticias son que las nuevas y asequibles soluciones están llegando al mercado. Y con la penetración creciente del internet y el smartphone, la infraestructura tecnológica existente podría ser utilizada para desarrollar soluciones innovadoras para ofrecer servicios en el cuidado de la salud’, agrega McKeering.
Algunos ejemplos ya son palpables en varios mercados emergentes. Filipinas ha implementado un sistema de historial médico electrónico de código abierto para las instalaciones de salud gubernamentales, llamado CHITS. Además, hay un sólido apoyo tanto de hospitales privados y públicos en Malasia y Filipinas para los sistemas de cuidados de salud en la nube.
‘Los beneficios de los servicios de salud digitales puede sentirse más allá de los pacientes. Al auxiliar en la prevención de enfermedades y apoyar la provisión de los cuidados mediante ubicaciones alternativas, como clínicas, cada vez menos doctores y enfermeras de reciente ingreso tendrán que ser capacitados y se crearán menos camas y hospitales adicionales, lo que puede ayudar a los gobiernos de mercados emergentes a reducir la carga financiera en general en cuanto a cuidados de salud, para así financiar otras áreas clave de la economía. Toda una nación se beneficia de los servicios de salud digital’, comenta David Wijeratne, líder de PwC Growth Markets Centre.
El desafío de los proveedores de servicios de salud
La asistencia médica digital no se trata de tecnologías, sino de nuevas maneras de solucionar los problemas en los servicios de salud, creando experiencias únicas para los pacientes y acelerando el crecimiento de los proveedores de estos servicios.
Una cosa es clara: lo digital llegó para quedarse –y si los proveedores de asistencia médica no están preparados, podrían ser dejados atrás.
‘Los hospitales y los proveedores de servicios de salud que fracasen en esta adaptación arriesgarán sus ingresos en declive, mientras los consumidores voltean hacia otros lugares para satisfacer sus necesidades de salud. Los proveedores deben ver cómo integrarán y conectarán sus sistemas actuales con las nuevas tecnologías digitales y fusionar la información guardada en ellos para generar ideas significativas y factibles para los cuidadores. En la nueva era de la salud digital, los cuidados habilitados digitalmente ya no representarán una opción agradable, sino un imperativo fundamental de negocio’, según McKeering.
Por su parte, José Alarcón, líder de Advisory en Sector Salud de PwC México, agrega: ‘En México, por su diversidad y amplia necesidad de una cobertura efectiva de servicios de salud, el potencial que brindan los modelos digitales es muy relevante. Imaginen poder monitorear a distancia algunas condiciones físicas de los pacientes, sin necesidad de acudir tan repetidamente a las unidades médicas; o a partir de un dispositivo médico tomar muestras de sangre y analizarlas; o calcular el índice de masa corporal con un medio móvil sin necesidad de construir un laboratorio. Todo ello abonaría a la continuidad y oportunidad de la atención, lo que también contribuiría a bajar la saturación de los servicios diagnósticos. Esto ya se hace en el país, a través de colaboraciones público-privadas’.
Para lograrlo, los proveedores y administradores de asistencia médica necesitan establecer estrategias que empleen tecnología para intereses y beneficios mutuos, mientras crean modelos de oferta de cuidados, con los pacientes –o sin contacto con pacientes– al centro de su atención.
Las compañías que surgirán como ganadoras del nuevo mercado serán aquellas que puedan articular cómo la tecnología puede añadir valor, alinear incentivos, analizar y compartir información estratégicamente, y reposicionar, ampliar y expandir su fuerza de trabajo para acoger los facilitadores digitales.
Fuente: PwC