El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, considera agregar cinco compañías chinas más a la lista de entidades prohibidas, una de ellas es Megvii, especialista en reconocimiento facial con inteligencia artificial, relacionada con el uso de la vigilancia para monitorear a ciudadanos en China.
Megvii ‘no tiene conocimiento de estar en ninguna lista del Gobierno de Estados Unidos. Esta es una empresa privada y está enfocada en soluciones comerciales, no políticas. Estamos revisando continuamente nuestras directrices para ver dónde pueden fortalecerse y evitar así su uso indebido o involuntario’, dijo la compañía.
Megvii es una empresa poco conocida fuera de China, sin embargo, es un gigante en rápido crecimiento en este país.
La compañía, con sede en Beijing, vende principalmente software que puede detectar rostros, el género y la edad de las personas cuando pasan por las estaciones de tren o compran en centros comerciales.
Los proveedores de pagos y fabricantes de teléfonos inteligentes, como Lenovo, usan el servicio de la firma para identificar digitalmente a los clientes.
Megvii informa que ha procesado más de 400 millones de solicitudes de verificación de identidad utilizando reconocimiento facial para pagos, servicios bancarios y otros.
La empresa, fundada en 2011, está respaldada por inversionistas de primera línea, desde el gigante de comercio electrónico Alibaba hasta la fintech Ant Financial, de Jack Ma.
La firma es principalmente reconocida por estar a la vanguardia en la floreciente industria china de inteligencia artificial, colocando a la startup de 2,000 personas en medio de un debate político global sobre cómo implementar, controlar y regular la poderosa tecnología.
Si bien la tecnología de reconocimiento facial en China se ha utilizado para cosas positivas, como encontrar niños perdidos, resolver crímenes y ayudar a los flujos de tráfico, los legisladores y grupos de derechos humanos de Estados Unidos han citado el tratamiento de los uigures, un grupo étnico predominantemente musulmán, como un ejemplo aterrador de la vigilancia de China.
En abril, el New York Times informó que el Gobierno chino usó software de Megvii, SenseTime y otras firmas nacionales para restregar a los uigures en una práctica descrita como, ‘identificación de minoría’.
El software de reconocimiento facial de la compañía se emplea en lugares como aeropuertos, estaciones de tránsito público y edificios de oficinas, donde los agentes del orden público y otros clientes pueden vincular videos en tiempo real para dirigir las caras de las personas a través de bases de datos de seguridad pública o listas negras, para buscar delincuentes.
La compañía dijo que ‘nos preocupa el bienestar y la seguridad de las personas, no el monitoreo de ningún grupo demográfico en particular. Exigimos a nuestros clientes que no utilicen como armas nuestra tecnología y nuestras soluciones y que no las utilicen para fines ilegales, incluida la violación de los derechos humanos’.
La compañía reconoció que puede haber consecuencias no deseadas con la inteligencia artificial (IA), como con todas las formas de tecnología, y que quiere trabajar con la comunidad global de IA para garantizar un impacto positivo en la sociedad’.
La incipiente compañía fue una de las ganadoras en una prestigiosa competencia mundial sobre visión por computadora en 2017 y 2018, superando a los equipos de Google, Microsoft y Facebook.
Las ventas de Megvii a Estados Unidos son ‘muy pequeñas’, según el comunicado de la compañía. ‘Al igual que cualquier compañía global de TI, nuestra cadena de suministro es global; Estados Unidos son solo una parte de ella’, informó Kai-Fu Lee, Jefe de Innovation Ventures, uno de los primeros patrocinadores de Megvii.
El verano pasado, la compañía lanzó una función con el fabricante de dispositivos Oppo para desbloquear teléfonos inteligentes y verificar pagos. Megvii dijo que su software tardó solo una décima de segundo en detectar una cara, con una tasa de error de solo 0.0001%.