La empresa española Smart IoT Labs presentará un nuevo electrodoméstico que funciona como un ‘mayordomo virtual’ con sensores repartidos por la casa, que actúa sin necesidad de órdenes y con mayor inteligencia que los altavoces actuales, y aprende de los comportamientos de los moradores para actuar sin necesidad de una orden expresa.
Los sensores repartidos por todas las estancias pretenden recopilar todo tipo de datos: las temperaturas, la intensidad de la luz externa e interna, el consumo de agua, el consumo de electricidad, la concentración del CO2 o cualquier información que permita al mayordomo virtual tomar decisiones a partir de los patrones de comportamiento y las circunstancias ambientales.
‘Lo más importante es que no se tiene que programar ni tiene que escuchar órdenes, sino que entiende y conoce que necesitan los habitantes sin crear una regla’, explica José Murillo, director general de la compañía.
‘Las propuestas actuales son limitadas; son tan solo controles remotos que responden al móvil o a la voz, además, los sensores son caros y aportan pocos datos y con una frecuencia insuficiente. La casa inteligente no existe, es lo que estamos creando’, añade Jesús González, responsable de la Dirección Técnica.
Por ejemplo, los creadores quieren que el mayordomo virtual sepa que es fin de semana, que te fuiste a pasear a otro lugar y, mediante un mensaje, te informe que se ha dado cuenta y activó el programa previsto, con sistemas de seguridad y control de consumo.
O bien, que detecte que uno de los habitantes por accidente o ha dejado un aparato encendido sin usarlo. O que sepa qué ropa contiene la lavadora, qué programa debe aplicar y cuando es más barato encenderla. O bien, reconozca la entrada de un hijo a la casa y lo comunique por mensaje y sea capaz de distinguirlo de un extraño.
‘La inteligencia artificial para estas aplicaciones ya lo hace posible. Hace cuatro años no existía, pero ya se puede’, afirma el director de la compañía que colabora con Movistar Home.
El objetivo es que el sistema no sea esclavo de Internet y que sea el usuario quien decida qué datos pueden ser cedidos y a cambio de qué.
Jesús González pone una ejemplo: ‘la cafetera puede detectar cuánto café tenías, cuánto va a ser utilizado y si es conveniente comprar más. Este dato puede servir para una determinada compañía de suministros o un supermercado, pero será el cliente quien decida si quiere que su empresa lo sepa o si les cede esos datos a cambio de descuentos. Disponibilidad y privacidad son dos conceptos claves de nuestro modelo’, añade José Murillo.
Los diseñadores, que presentarán su propuesta en el Consumer Electronic Show de Las Vegas, calculan que motorizar la casa e instalar el celebro central y su sistema puede suponer un costo de 250 euros para acciones básicas del mayordomo. Estas podrán ampliarse mediante aplicaciones. También están preparados para integrar su módulo principal en los dispositivos que ya comercializan las compañías de comunicaciones.
En enero, después de la presentación en Las Vegas, quieren empezar la monitorización de 50 hogares y pasar en poco tiempo a 2,000, para después lanzarse al mercado abierto.