Diversos factores como el mal tiempo, la nieve y las gaviotas obstaculizan a los coches autónomos para transitar por sí solos.
En Boston, NuTonomy ha estado probando vehículos autónomos en cooperación con funcionarios de planificación de la ciudad; la nieve y las gaviotas se han convertido en dos de los mayores obstáculos.
‘La nieve no solo altera la tracción del vehículo, sino que también cambia la forma en que las cámaras y los sensores perciben la calle’, concluyó un estudio de World Economic Forum y el Boston Consulting Group.
Las gaviotas son un problema porque permanecen imperturbables ante la cercanía de autos que no hacen ruido, por lo que los ingenieros programaron máquinas para avanzar y asustar a las aves, sin embargo aún no hay una solución para la nieve.
Por el momento, los coches autónomos se basan en un mosaico de sensores: GPS, cámaras tradicionales, radares y tecnología que hace rebotar los láseres de los automóviles y peatones cercanos.
En esencia, los fenómenos de la naturaleza dejan de lado estas aplicaciones: las cámaras son inútiles en la niebla, sobre todo cuando es muy densa, y los láseres se desprenden violentamente de las gotas de lluvia y los copos de nieve.
Los demás sistemas también tienen deficiencias importantes. Las conexiones GPS pueden ser lentas e irregulares, y el radar es pésimo para distinguir entre obstáculos como un peatón o una gaviota.
El desafío es programar un vehículo para tomar decisiones sobre una combinación de la mejor información de cada sistema sin tener en cuenta el resto, lo que los ingenieros de conducción autónoma llaman fusión de sensores.
‘Lo que está evolucionando para todos es básicamente los algoritmos que entienden lo que se está mirando. Esto es una gran parte de la propiedad intelectual de las compañías en este momento’, dice el analista de Gartner, Mike Ramsey.
Xavier Mosquet, socio principal de Boston Consulting Group, cree que pasarán al menos 2 años antes de que incluso un jugador de élite como Waymo pueda codificar el cerebro de un automóvil para manejar consistentemente los desafíos de un clima parecido al de Boston. ‘Si no puede conducir una hora a la semana, la gente lo entenderá, pero si son 4 o 5 horas al día no funciona para el mercado’.
Por todo esto, los primeros vehículos que se conduzcan solos en el mundo están restringidos a ciudades soleadas y secas, como son los lugares donde más se prueban. El clima, junto con la mínima supervisión del gobierno es, en gran parte, la razón por la cual las compañías que intentan perfeccionar vehículos autónomos se han congregado en Arizona.
El clima está en la lista de temas, pero no en la parte superior. ‘Tenemos mucha confianza de que con nuestro paquete de sensores podemos resolver estos problemas, pero nadie lo ha logrado todavía. Y hasta que esté hecho, no está hecho’, comentó Dave Ferguson, cofundador de Nuro, compañía que desarrolla una flota de vehículos de entrega autónoma.