El asistente virtual de Amazon, Alexa, tenía en 2017 hasta 4,000 dispositivos compatibles; ahora cuenta con más de 20,000.
Para desarrollar este dispositivo y llevar a cabo otros proyectos basados en inteligencia artificial, Amazon cuenta con 25 centros de desarrollo en toda Europa en los que trabajan unos 5,500 investigadores especializados en múltiples materias, desde machine learning hasta expertos en robótica e ingenieros de software, hardware y aeroespaciales.
Desde 2010, la firma ha invertido 27,000 millones de euros en todas las operaciones europeas. El próximo año planea un nuevo centro de desarrollo en Manchester, según anunció la semana pasada Doug Gurr, el gerente en el Reino Unido de Amazon, en un evento organizado en la sede del gigante tecnológico en el East End londinense.
En este sitio, la mayoría de los trabajadores tiene menos de 40 años y se mueven por las 15 plantas de acero y cristal sin ningún código de vestimenta. Hay cantinas en cada esquina, comida para picar a cualquier hora, juegos e incluso música en directo.
Amazon también tiene centros de desarrollo que trabajan en forma conjunta en Austria, Francia, Alemania, Italia, Luxemburgo, Países Bajos, Polonia, Rumanía y España (uno en Madrid y otra en Barcelona).
Los logros en el reconocimiento de voz automático se han incrementado de drásticamente en los últimos años, afirma Rafal Kuklinski, Director del Centro de Desarrollo en Polonia, en el que se estudia la síntesis de la voz.
Trabajar en este ámbito
No es solo útil para que Alexa entienda qué le pide un usuario, sino también para comprender las búsquedas de productos en la web del gigante electrónico.
Aún son muchos los retos para Alexa, según afirman los expertos consultados. ¿Cuánta importancia le damos a los cliks y cuánta a lo más comprado? Al teclear “iPhone” en el buscador de Amazon, el producto con más clics es el iPhone 7, pero el más vendido es el cargador. ¿Cuál debería aparecer primero en el buscador?
La clave, señalan los expertos, está en enseñar al algoritmo qué tiene que mostrar en cada búsqueda y cómo analizar el producto desde diferentes puntos de vista. Por ejemplo, a establecer filtros. Para la búsqueda “zapatos de mujer”, un sistema de inteligencia artificial tendría que analizar si tienen cierre, cordones o velcro.
El objetivo de los centros de desarrollo es dar respuesta a todos los retos, además de poder ofrecer más opciones, precios más bajos y una mejor experiencia de compra a cientos de millones de clientes en todo el mundo.
En la compañía son conscientes de que el sector tecnológico avanza a un ritmo vertiginoso y pronto surgirán nuevos retos.
“Ahora compramos con la voz, pero quién sabe si en 10 años no lo haremos con gestos”, confirma Ralf Herbrich, jefe de machine learning en el centro de Berlín.
