Estudiantes y docentes de la Universidad Pública de El Alto (UPEA), desarrollaron el Katari MRC5, un automóvil eléctrico que funciona con una batería de litio fabricada en Bolivia.
El objetivo es seguir perfeccionando el proyecto para que, en el futuro, pueda convertirse en una alternativa viable frente a los vehículos con motor de combustión.
Este modelo representa el quinto prototipo desarrollado por la carrera de Ingeniería Eléctrica de la UPEA, una línea de trabajo que inició hace varios años con la fabricación manual de autos que usaban baterías de ácido y paneles solares.
Según explicó Elías Choque, uno de los docentes a cargo del proyecto, esta es la primera vez que un prototipo funciona con una batería desarrollada en el país por la empresa estatal Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB), en colaboración con la universidad.
La empresa entregó un par de baterías para que el equipo académico realice pruebas de rendimiento, incluyendo una evaluación completa de carga y descarga. Aunque las especificaciones técnicas siguen siendo confidenciales, se estima que la batería puede ofrecer una autonomía de hasta 12 horas, dependiendo de factores como la velocidad o el tipo de terreno.
Walter Canaza, técnico responsable del equipo estudiantil, mencionó que uno de los próximos desafíos será probar el vehículo en carretera, recorriendo los 226 kilómetros que separan La Paz de Oruro, para evaluar su desempeño en condiciones reales.
El Katari MRC5 tiene un peso de 350 kilos, capacidad para dos personas y fue fabricado principalmente con materiales reciclados o reutilizados de otros autos. La construcción tardó dos años e incluyó tareas como diseño, ensamblado, soldaduras, pruebas aerodinámicas, acabados estéticos y la incorporación de amortiguadores.
Canaza destacó el esfuerzo conjunto entre estudiantes y docentes para superar los obstáculos del proyecto, como la falta de software especializado. La adaptación de piezas fue clave para armar el vehículo, que utiliza asientos y sistemas de dirección provenientes de autos en desuso, además de un sistema de arranque modificado. Sin embargo, aún quedan aspectos por mejorar.
En Bolivia no existe una industria automotriz consolidada, por lo que este tipo de iniciativas busca ofrecer soluciones creativas y enfrentar las dificultades con ingenio, señaló uno de los estudiantes participantes.
María Luz Luque, estudiante de Ingeniería Eléctrica en la UPEA, forma parte de las muchas mujeres que han decidido incursionar en este campo, tradicionalmente dominado por hombres. Para ella, trabajar en el Katari MRC5 ha sido una forma de entender de manera práctica cómo funcionan los autos eléctricos, en un contexto donde se espera que su uso crezca en los próximos años.
Desde el año pasado, Bolivia enfrenta una escasez persistente de combustibles, situación que ha llevado a varios sectores universitarios a discutir posibles alternativas. En ese contexto, Choque cree que este tipo de proyectos seguirán creciendo y que es necesario comenzar a hablar sobre la capacidad del país para cubrir la demanda eléctrica, garantizar la seguridad tecnológica y crear condiciones que permitan escalar estas iniciativas.
El litio es considerado un recurso estratégico para Bolivia. El gobierno asegura que el país cuenta con reservas de 23 millones de toneladas, ubicadas principalmente en el salar de Uyuni, una zona de unos 10 mil kilómetros cuadrados situada a 3 mil 600 metros sobre el nivel del mar, en la región andina de Potosí.
Ahí, YLB opera una planta que produce carbonato de litio, en uno de los puntos turísticos más reconocidos del país.

















