Inicio Inteligencia Artificial IA generaría pérdidas de 2,500 mde en industria musical

IA generaría pérdidas de 2,500 mde en industria musical

Un estudio proyecta pérdidas cercanas a los 2,500 millones de euros por la influencia de la inteligencia artificial en la música hasta 2028

La industria musical enfrenta una posible pérdida de alrededor de 2,500 millones de euros (unos 2,700 millones de dólares) en el período 2023-2028 debido a la influencia de la inteligencia artificial generativa.

Lo anterior se deriva de un estudio realizado por la consultora alemana Goldmedia, presentado este viernes.

El estudio, encargado por las sociedades de gestión de derechos de autor alemana y francesa, GEMA y SACEM respectivamente, estima en 3,400 millones de euros el volumen de negocio de la inteligencia artificial generativa en 2023.

Además, atribuye a la música una participación del 8%, equivalente a 275 millones de euros.

De acuerdo con las proyecciones, el mercado de soluciones de inteligencia artificial para la música se expandirá diez veces hacia 2028, con una tasa media de crecimiento anual del 60%, superando así los 2,755 millones de euros solo para el sector musical.

Klaus Goldhammer, director general de Goldmedia, explicó que esto supondrá aproximadamente el 28% de las recaudaciones mundiales de derechos de autor en la música para 2022.

Goldhammer señaló que, a pesar de que las obras protegidas por derechos de autor se utilizan como datos de entrenamiento para los modelos de inteligencia artificial generativa, los autores y creadores no están participando en el crecimiento económico resultante. Hasta la fecha, no existe un sistema de compensación que cierre esta brecha financiera generada por la inteligencia artificial para los creadores.

Según la encuesta realizada como parte del estudio, el 64% de los autores musicales considera que los riesgos superan a las oportunidades potenciales, mientras que el 71% teme perder su capacidad para vivir de su trabajo debido al uso de la inteligencia artificial. Además, el 35% de los encuestados ha utilizado tecnologías de inteligencia artificial en su trabajo, cifra que aumenta al 51% entre los menores de 35 años.

Por otro lado, el 43% de los encuestados cree que la inteligencia artificial puede abrir nuevas formas de creatividad. Goldhammer mencionó ejemplos como la canción de los Beatles lanzada recientemente gracias a la inteligencia artificial, el caso de David Guetta clonando a Eminem el año pasado o el de Pet Shop Boys que dijeron utilizarla como herramienta de ayuda y cocreación.

La encuesta también reveló que el 63% de los encuestados considera probable que la inteligencia artificial se adopte en el proceso creativo de composición y redacción de textos, así como en la grabación, edición y masterización (58%), y un 44% asegura que se utilizará para la creación completa de canciones.

Además, ya existen herramientas que sirven para predecir el éxito potencial de una canción. La empresa canadiense Hitlab utiliza su herramienta ‘Music Digital Nuance Analysis’ para desglosar las pistas musicales en 83 atributos diferentes y compararlos con los patrones sonoros de los éxitos populares.

La inmensa mayoría de los autores y creadores musicales -alrededor del 90%– exigen reconocimiento y transparencia, consentimiento y remuneración cuando su obra se utiliza en el contexto de la inteligencia artificial generativa en la música.

Según un estudio de la Universidad de Standford citado en este informe, ningún gran desarrollador ofrece actualmente una transparencia adecuada y el modelo mejor valorado solo obtiene 54 puntos sobre cien. Sin embargo, 82 de los indicadores son cumplidos por al menos un desarrollador, lo que significa que hay margen de mejora.

Algunos casos ya han llegado a los tribunales. Una de las primeras demandas en el sector de la música, presentada en octubre de 2023, es la de Universal Music Publishing Group, Concord y Abkco contra Anthropic, una empresa de inteligencia artificial respaldada por Amazon, y su servicio de asistente de inteligencia artificial, Claude.

Las tres editoriales reclaman hasta 137,800 euros (150,000 dólares) por cada obra infringida.