Según Frost & Sullivan, para 2020 habrá cerca de dos dispositivos conectados por persona en América Latina.
Esto implicaría para México un potencial de más de 230 millones de dispositivos conectados, tomando en cuenta que al cierre del primer trimestre de 2018 había más de 116 millones de suscripciones móviles a nivel nacional, según cifras presentadas por 5G Americas.
En 2017, casi el 90% de los internautas en México utilizaban smartphones para conectarse, por lo que se vuelve prioritario elevar la penetración del servicio móvil en México para impulsar políticas de inclusión digital.
En América Latina existe una tasa de más de 120 suscripciones móviles por cada 100 habitantes, mientras que en México es de aproximadamente 90 líneas por cada 100 habitantes, al primer trimestre de 2018.
Según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en 2017, el 89.7% de los usuarios de Internet utilizaba un teléfono inteligente.
Asignatura pendiente
Sin embargo, este potencial demanda políticas en México en torno al espectro, la infraestructura y los dispositivos, en opinión de José Otero, Director de 5G Americas para América Latina y el Caribe.
Es deseable que las autoridades mexicanas continúen el debate acerca de la reducción de tasas impositivas a los servicios y equipos de telecomunicaciones para habilitar el acceso de más población a estas tecnologías.
Además, esto permitirá que los sectores productivos y las ciudades ejecuten un cambio de paradigma, con el uso de nuevas tecnologías que los acerquen al Internet de las Cosas (IoT), de manera que puedan avanzar en México los esfuerzos de ciudades inteligentes e Industria 4.0.
En cuanto a infraestructura, Otero opina que la reducción de obstáculos burocráticos para la instalación de redes requerirá de mantener la colaboración entre distintos niveles gubernamentales para encontrar mejores prácticas que permitan la densificación de las redes de banda ancha móvil.
