Neuralink, la empresa de interfaces cerebro-computadora de Elon Musk, junto con competidores como Science, fundada por Max Hodak, están desarrollando avances tecnológicos que podrían tratar casos de pérdida severa de visión.
Estas empresas buscan soluciones casi de ciencia ficción para problemas comunes, como la degeneración macular.
En septiembre, Neuralink recibió la aprobación de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de EU para acelerar el proceso regulatorio de su tecnología de visión llamada Blindsight.
El mes pasado, Science Corp, la startup de interfaz cerebro-máquina liderada por el expresidente de Neuralink, Max Hodak, anunció los resultados de un ensayo clínico que mostró cierta recuperación de visión en pacientes con degeneración macular relacionada con la edad.
Estas compañías se suman a otras startups e investigadores académicos que buscan mejorar la visión de los pacientes, mientras la tecnología cerebro-computadora gana tracción entre inversionistas y recibe mayor aceptación regulatoria. Hasta ahora, Science ha recaudado 150 millones de dólares y Neuralink, más de 600 millones.
‘La restauración de la visión será la primera killer app de interfaces cerebro-computadora’, dijo Hodak. En el caso de Science, 32 de los 38 pacientes en su estudio experimentaron una mejora significativa, pudiendo leer letras más pequeñas en una carta ocular, con un promedio de casi cinco líneas más abajo de lo habitual. Un paciente logró mejorar hasta 12 líneas.
Sin embargo, los investigadores advierten que estos avances no significan que una cura para la ceguera sea inminente. ‘Es crucial que los pacientes potenciales no se hagan demasiadas ilusiones’, comentó Xin Cheng, profesor asistente de oftalmología en la Universidad de Pittsburgh y cofundador de Phosphoenix BV, que trabaja en su propio dispositivo. Para la mayoría de las personas, pasarán varios años antes de que puedan ver o utilizar implantes de forma cotidiana.
A largo plazo, los investigadores creen que la mejor forma de mejorar la visión será trabajar en la corteza visual, en lugar de la retina, ya que la corteza visual permite la introducción de más electrodos, mejorando potencialmente la resolución, aunque la visión seguiría siendo borrosa.
‘Actualmente estamos limitados por nuestra biología en cuanto a las longitudes de onda que podemos ver, pero con una cámara externa conectada al sistema BCI, no estamos limitados a eso. Podríamos ver en infrarrojo, ultravioleta o cualquier otro espectro deseado’, explicó Friedman, presidente de Neuralink. Agregó que considera esta tecnología clave para el objetivo de Neuralink de ‘ir más allá de los límites de nuestra biología’.