Comcast anunció hoy su decisión no adquirir al gigante de medios Time Warner. La operación, anunciada en febrero de 2014, habría supuesto un desembolso de 45 mil millones de dólares por parte del gigante estadounidense.
De haberse cerrado la adquisición, Comcast habría pasado a controlar alrededor del 30% del mercado estadounidense de la televisión de paga por suscripción, así como entre el 35 y el 50% del servicio de internet de banda ancha.
El Departamento de Justicia de Estados Unidos celebró hoy la decisión de Comcast, el mayor operador de televisión de cable del país, de no adquirir a su competidor Time Warner Cable tras las presiones de los reguladores.
La división de libre competencia del Departamento de Justicia se opuso desde un primer momento a la fusión, valorada en 45,200 millones de dólares y que suponía la unión entre las dos operadoras de televisión por cable más importantes del país.
El acuerdo de fusión amistoso alcanzado entre ambas compañías y anunciado en febrero del año pasado fue objeto de un intenso escrutinio por parte de los reguladores, por lo que Comcast ha decidido abandonar la operación.
‘Esta es una victoria no solo para el Departamento de Justicia, sino también para los proveedores de contenido y servicios de streaming que trabajan por aportar productos innovadores a consumidores en Estados Unidos y en todo el mundo», explicó el fiscal general, Eric Holder.
El Departamento de Justicia había expresado a Comcast su temor a que la operación perjudicara la libre competencia en el mercado, mientras que la FCC indicó que estaba evaluando si la adquisición se produciría en favor del interés general.
Comcast ya adquirió en 2011 NBC Universal y, de haber concretado esta nueva compra, la compañía se habría consolidado también como gigante de internet, lo que habría representado una fuerte competencia para proveedores como Netflix, cuyos servicios de streaming están desplazando a la televisión por cable tradicional.
EFE
