La seguridad e integridad de los datos son cada vez más un factor determinante en la experiencia del cliente.
Cualquier modelo estratégico alrededor de la experiencia del cliente debe considerar la seguridad e integridad de los datos como una variable determinante que condiciona las decisiones de las personas para iniciar una relación con las empresas o bien por mantener su lealtad a las mismas.
Esta necesidad no resuelta, se ha vuelto una demanda apremiante frente a una realidad que se hace presente de manera cotidiana, ante el evidencia de múltiples y gravísimos casos reales de detección, sustracción y comercialización de datos propios de los consumidores que amenazan su seguridad personal y han visto vulnerados, con un sentido comercial y rentable, sus datos personales, íntimos y confidenciales.
Ahora, el consumidor exige no solo facilidad y comodidad en sus vínculos con las empresas, también espera un entorno que transmita una experiencia personal donde la seguridad y confidencialidad son rasgos connaturales a todas sus interacciones.
Por otro lado, esta exigencia representa una gran oportunidad para que las organizaciones hagan acopio, utilicen analíticos y dirijan acciones para elevar, en el sentido más proactivo y positivo, una estrategia individualizada de la experiencia del cliente, una vez resuelto y satisfecho el imperativo de seguridad y confianza.