Telefónica acordó este martes la salida de unos 2,700 empleados en España, con un costo que la compañía calcula cercano a los 1,500 millones de euros (unos 1,700 millones de dólares).
La firma española informó del acuerdo con los sindicatos Unión General de Trabajadores (UGT) y Comisiones Obreras (CCOO), los principales del país ibérico, al que espera que pueda adherirse alrededor del 15% de la plantilla conjunta de todas sus filiales en España.
El acuerdo, denominado Plan de Suspensión Individual (PSI) de empleo, está abierto para los empleados nacidos desde 1967, con una antigüedad en la empresa de 15 años, y Telefónica calcula que cerca de 2,700 trabajadores se acogerán, lo que supondría ese costo de unos 1,500 millones de euros en 2021 pero luego unos ahorros anuales por encima de los 230 millones (unos 260 millones de dólares) a partir de 2023.
El acuerdo incluye hasta el 68% del salario, dependiendo de la edad, y medidas de apoyo a los trabajadores hasta que puedan acceder a la jubilación ordinaria a los 65 años, además de mantener un seguro colectivo, aportaciones de un plan de pensiones y póliza de salud.
Además de España y otros países europeos como Alemania y Reino Unido, Telefónica tiene presencia en gran parte de América Latina y en EU, con firmas como Movistar y Terra.
Con este, Telefónica ha firmado tres planes de bajas desde 2016. Entre 2016 y 2018 salieron 6,300 empleados mayores de 54 años con un costo de 3,800 millones de euros, mientras que el de 2019 afectó a 2,640 empleados y supuso el desembolso de 1,600 millones.
Los sindicatos que han suscrito el acuerdo coincidieron en calificarlo como ‘muy bueno’ ya que, a su juicio, permitirá garantizar la estabilidad laboral de los trabajadores que se queden en la compañía, con la subida salarial o el plan de empleo, que recoge la creación de 400 puestos o de un mapa de actividad por provincias, entre otros.