Con la idea de reducir el impacto medioambiental y abatir costos, se está desarrollando un papel fotosensible y reversible, en el cual se puede imprimir directamente con luz, borrar y volver imprimir.
Este desarrollo se debe al trabajo conjunto de equipos de investigadores de la Universidad Shandong en China, de la Universidad de California y del laboratorio Nacional de Berkeley, en Estados Unidos.
Esta impresora no utiliza toner ni tinta, sólo luz. Además, en el mismo papel se puede imprimir varias veces sin reponer consumibles, ‘una característica que tiene enormes implicaciones medioambientales y económicas para la sociedad’, comenta el químico Yadong Yin en phys.org.
Estas cualidades se logran gracias a un revestimiento que adhiere al papel, que está formado por dos compuestos: uno son nanopartículas (partículas a escala submilimétrica) de azul de Prusia, un pigmento azul que se emplea como colorante para pintura desde el siglo XVIII y también en cianotipos, como los planos empleados en ingeniería y arquitectura.
El azul de Prusia es barato, no es tóxico y se decolora cuando gana electrones. El otro compuesto son nanopartículas de óxido de titanio (TiO2), que también es un elemento seguro, barato y abundante, además de que actúa como catalizador.
Al exponer las nanopartículas de óxido de titanio a la luz ultravioleta, se produce una reacción que libera electrones. Los electrones liberados los ganan las nanopartículas de azul de Prusia, provocando que se decolore.
La impresión con luz permanece en el papel durante cinco días, después se desvanece y el papel puede volver a utilizarse casi cien veces más.
Debido a que la impresión se basa en la decoloración del tinte azul cuando este papel reutilizable está en blanco, en realidad es totalmente azul. La impresora proyecta sobre él una imagen negativa de la impresión y toda la superficie del papel sin contenido se vuelve blanco, o casi. En cambio, los textos y los gráficos permanecen de color azul.
Según los investigadores es posible usar pigmentos de diferentes colores, su costo de producción resulta razonable y ya iniciaron los esfuerzos para lograr en el futuro que la impresión sea en color.
Con información de El País