El control estatal de internet se consolidó este año en un mundo cada vez más restrictivo, gracias sobre todo a la invasión rusa de Ucrania y a los esfuerzos del Partido Comunista Chino para silenciar a las voces críticas durante la pandemia de covid-19, según un informe del centro de pensamiento Freedom House.
‘Internet siempre ha sido objeto de fragmentación en las fronteras nacionales, pero hemos descubierto que esa fragmentación está avanzando rápidamente’, dijo el investigador de Freedom House especializado en Tecnología y Democracia, Kian Vesteinsson, a raíz de la publicación de su informe anual sobre libertad en la red.
Vesteinsson explicó que hay más gobiernos que nunca tratando de aislar a sus usuarios de los de otros países.
El investigador apuntó que la libertad para acceder a internet en Rusia se ha desplomado este año hasta el nivel más bajo medido por la organización en los doce años que lleva elaborando el informe.
El equipo de Freedom House detalló cómo los bloqueos de Facebook, Instagram y Twitter por la invasión de Ucrania ordenada por el presidente de Rusia, Vladímir Putin, impiden a los usuarios rusos acceder a información sobre la guerra y los aísla de sus familiares en otros países y del resto del mundo.
Pero las acciones de Rusia no afectan solo al país euroasiático: en Ucrania, la libertad en internet empeoró también en el último año, principalmente por los intentos del ejército ruso de centralizar el control de la infraestructura de telecomunicaciones en los territorios ocupados.
‘En Jersón, por ejemplo, las tropas rusas obligaron a los proveedores de servicios a redirigir el tráfico a través de redes rusas, a veces a punta de pistola’, detalló Vesteinsson, lo que aisló a los habitantes del enclave del resto del mundo.
Las acciones del Kremlin remiten al que se ha convertido en el principal modelo de control estatal de internet: China, país que, por octavo año consecutivo, ocupa el último puesto en el ranking de Freedom House.
‘El control del Gobierno chino llega a todos lados’, advirtió el investigador.
Vesteinsson enumeró las acciones de las autoridades chinas para restringir o controlar el discurso en redes, como obligar a las compañías tecnológicas a usar sus algoritmos para promover propaganda partidista.
El modelo aislacionista del internet chino es también una inspiración para iniciativas como el ‘internet soberano’ ruso, un proyecto del Kremlin que ha ganado impulso en los últimos años desde que el Gobierno ruso estableciera en 2019 un camino legal para separar la red rusa del internet global.
Los investigadores de Freedom House hallaron que, además de en Rusia, China y Ucrania -por las acciones del ejército ruso-, las autoridades de otros cuatro países han tratado de centralizar el control de la infraestructura técnica de internet para tratar de aislar a la población de la red global: Camboya, Irán, Baréin y Tailandia.