Asia, hogar de más de la mitad de la población mundial, es la mayor oportunidad de crecimiento de Twitter y posiblemente un desafío mucho más espinoso.
Si Elon Musk, el multimillonario de Tesla y SpaceX cumple sus promesas de eliminar la censura, se encontrará con una gran cantidad de regulaciones desconcertantes, manejada por gobiernos a veces autoritarios, llevadas al límite por una horda de usuarios de Internet.
Los números por sí solos sugieren que los mayores dolores de cabeza de Musk se encuentran en el extranjero. Los usuarios activos diarios monetizables de Twitter sumaron 179 millones a nivel internacional, eclipsando los 38 millones en Estados Unidos en 2021, según su último informe anual.
Como empresa pública, Twitter ha enfatizado repetidamente que debe cumplir con las regulaciones locales. Una vez que sea una empresa privada controlada por el hombre más rico del mundo, Musk asumirá personalmente la responsabilidad de navegar por esa espesura, y las consecuencias si falla.
‘Asia tiene el potencial de hacer o deshacer el nuevo título Twitter’, dijo JJ Rose, colaborador del grupo de expertos no partidista Lowy Institute de Australia. ‘Dependerá de cómo lo aborde si puede aprovecharlo para sus objetivos de libertad de expresión’.
Twitter está oficialmente prohibido en China, pero el país seguirá demandando mucha atención de Musk. El fundador de Amazon, Jeff Bezos, aludió a los posibles conflictos en un tuit poco después del acuerdo de Musk, preguntando: ‘¿El gobierno chino acaba de ganar un poco de influencia sobre la plaza del pueblo?’
Un punto obvio es que China es tremendamente importante para Tesla, la fuente clave de la riqueza de Musk. El multimillonario ciertamente enfrentará presiones, implícitas o explícitas, para ajustar las políticas de Twitter para complacer a Beijing.
Como el mercado de vehículos más grande del mundo y proveedor de baterías de Tesla, China es esencial para el crecimiento saludable de la pieza central del imperio empresarial de Musk.
Tesla también se ha beneficiado de importantes exenciones fiscales al establecer su Gigafactory en Shanghai, su primera planta en el extranjero, y se le ha permitido ser propietario total de sus operaciones locales, una rareza para una empresa estadounidense.
‘Por libertad de expresión, simplemente me refiero a lo que coincide con la ley’, escribió Musk en Twitter. ‘Estoy en contra de la censura que va mucho más allá de la ley’.
Los bots son otra cosa, China también ha utilizado cuentas automatizadas y anónimas para distribuir los mensajes del gobierno, lo que llevó a Twitter a eliminar más de 170,000 cuentas en 2020 por ‘difundir narrativas geopolíticas favorables al Partido Comunista’. Musk se ha comprometido a ‘derrotar a los robots de spam o morir en el intento’, y suena decidido a seguir enfrentándose a las cuentas falsas.
Beijing ha mostrado su voluntad de castigar a los multimillonarios que no cumplen con sus deseos. Los reguladores han golpeado a los gigantes tecnológicos del país y desterrado de la vista pública al cofundador de Alibaba Group Holding, Jack Ma.