El Departamento de Justicia de Estados Unidos pidió a los tribunales imponer medidas drásticas contra Google, incluyendo la venta obligatoria de su navegador Chrome o su sistema operativo Android, como parte de un esfuerzo por frenar su dominio en el sector tecnológico.
La solicitud también propone que la empresa deje de pagar miles de millones de dólares a socios como Apple para mantener a su motor de búsqueda como opción predeterminada en navegadores. Según el Departamento de Justicia, esta práctica consolida el poder de Google y perjudica la competencia.
En su propuesta, el Gobierno exige que Google se desprenda ‘inmediatamente y por completo’ de Chrome, vendiéndolo a un comprador aprobado por las autoridades y bajo estrictos términos legales. Además, solicita que la empresa sea excluida del mercado de navegadores durante al menos cinco años.
Este no es el primer enfrentamiento de Google con las autoridades. En agosto, un juez determinó que la compañía violó leyes antimonopolio en el mercado de motores de búsqueda, y en septiembre enfrentó un juicio por desviar ingresos publicitarios hacia su propia tecnología.
Lee-Anne Mulholland, vicepresidenta de asuntos regulatorios de Google, advirtió que separar Chrome y Android afectaría a consumidores, desarrolladores y la competitividad tecnológica de Estados Unidos. Estimaciones señalan que Chrome podría alcanzar un valor de 20,000 millones de dólares si se vende.
A medida que se acerca el cambio de administración presidencial en enero, la decisión podría tener implicaciones políticas y económicas significativas. La Asociación de Internet y Redes Competitivas alertó que estas medidas podrían sentar un precedente que frene la innovación y afecte la seguridad nacional.
El futuro de Google en este entorno regulatorio hostil permanece incierto, pero lo que es claro es que las autoridades estadounidenses están decididas a cambiar las reglas del juego tecnológico.