Una agencia de aplicación de la ley en Canadá es sospechosa de haber utilizado un software espía diseñado para hackear teléfonos móviles y espiar mensajes, según investigadores de ciberseguridad de la Universidad de Toronto.
Paragon, con sede en Tel Aviv, vende este software a gobiernos y fuerzas del orden con el objetivo de combatir delitos graves. Sin embargo, en febrero, WhatsApp denunció que la tecnología de Paragon había sido utilizada contra activistas y periodistas en Europa.
Investigadores del grupo de vigilancia Citizen Lab publicaron un informe en el que señalaron haber encontrado evidencia que vincula el spyware de Paragon con países como Australia, Canadá, Chipre, Dinamarca, Israel y Singapur.
El software espía de Paragon, conocido como Graphite, se infiltra en dispositivos y registra de manera encubierta los mensajes enviados a través de WhatsApp y otras aplicaciones de mensajería cifrada como Signal.
Citizen Lab descubrió que las víctimas que usaban teléfonos Android fueron añadidas a un grupo de WhatsApp y luego recibieron un archivo PDF malicioso que infectó los dispositivos sin necesidad de hacer clic en el archivo o interactuar con el grupo.
Basándose en un análisis detallado de registros digitales, la organización sospecha que computadoras bajo el control de la Policía Provincial de Ontario desplegaron el software espía.
El spyware de Paragon permite ataques de ‘cero clics’, lo que significa que no requieren interacción del usuario para comprometer el teléfono. Una vez instalado, el software espía parece ocultarse dentro de aplicaciones legítimas del dispositivo, lo que dificulta su detección, según el informe de Citizen Lab.
‘Sabemos que, incluso en democracias, los estados tienen una tendencia a abusar de los poderes de vigilancia secreta, y cuanto más secreto es esto, más probable es que se abuse’, afirmó Scott-Railton.
En diciembre, la firma de capital privado estadounidense AE Industrial Partners adquirió Paragon en un acuerdo valorado en hasta 900 millones de dólares. Un representante de AE se negó a comentar sobre la transacción.
